Una habitación de hospital, con una cama, un sillón, una mesita, el palo del gotero… El ruído del humidificador y de las gafas nasales. Sin sentir, sin tocar. Las persianas bajadas. La luz artificial de un día y otro. ¿Será de día o de noche? Lunes, martes, miércoles…
Mientras tanto, personas que entran y salen protegidas con un mono especial, con un escudo que corta el viento. Te cuesta escucharlos, te cuesta verlos. La luz artificial también les duele a ellos, porque saben que no te va, ni les va bien. Les cuesta ver y sentir…
Las persianas siguen así, bajadas, un día y otro, protegiendo a las personas de los cazadores de intimidad. Perdemos el norte. Quizás lo perdimos hace tiempo. La sociedad (y los medios de comunicación en especial) tenemos mucho que aprender de valores, ética e intimidad.
Como siempre se dice, quizás esto nos sirva para aprender. Ya veremos…
¡Dejad que suban las persianas!
El pasado 15 de octubre, se reunía el Comité Especial para la gestión de la enfermedad por el virus ébola del Gobierno de España, y tras la reunión, se emitía un comunicado, donde además de informar del estado de salud de Teresa y del resto de personas que se mantienen en Observación en el Hospital Carlos III se comentaba lo siguiente:
“En la reunión se han puesto de manifiesto las dificultades añadidas que supone para el equipo médico tener que trabajar con las persianas bajadas para proteger la intimidad de la paciente ingresada y de los trabajadores. Se ha expuesto cómo esta situación supone un perjuicio objetivo para el tratamiento, dificultades para el personal sanitario en el desarrollo de su trabajo e inconvenientes para el bienestar de las personas ingresadas”.
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Hola Serafín
Estupenda reflexión.
El viernes 17 de Octubre de 2014, estuve muy atenta al debate/coloquio que se hizo en la Universidad Europea de Madrid, con Profesionales expertos en la infección sobre el virus Ébola, que seguí por streaming y Twitter con hashtag #ExpertosÉbolaUEM #SEMESébola. La verdad es que estuvo muy interesante y desde mi opinión se abarcaron amplios aspectos intentando dar respuesta a cuestiones que preocupan a profesionales sanitarios y ciudadanos en general. También hubo muchas preguntas o al menos en varias ocasiones dirigidas al enfermero, Fernando Casado Álvarez, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III de Madrid. Eran preguntándole sobre cómo eran los cuidados que realizaban con Teresa (sería absurdo a estas alturas no decir su nombre) y este compañero comentó algunos de ellos y volvió a repetir que igual que con cualquier otra persona que está enferma e ingresada en la unidad, pero adaptados a la situación especial de los trajes de protección y aislamiento: luego explicó algunos de ellos, la manera en que se organizan para gestionar el tiempo de entrar con listas de cuidados por hacer, pero recuerdo que comentó en un momento dado que limitan los contactos al mínimo para evitar riesgos. Aquello me dejó dándole vueltas y me sentí un poco Teresa con las persianas bajadas como tú comentas, aislada de luz y de espacio y además con una limitación en el contacto humano y sólo se me ocurrió un tweet tras el debate preguntando por ello: “@VirgiForero: De cuidados #Enfermeria explicados habría sido interesante saber de manejo de afrontamiento de paciente ante aislamiento estricto #SEMESébola” Comprendo que cuidar a pacientes con esta enfermedad exige adaptarse a protocolos estrictos pero estas miradas también son necesarias, sobre todo cuando escucho comentarios a veces algo deshumanizados frente a este problema de salud.
Un abrazo y gracias.
Gracias Virginia, por pasarte y por compartir tu experiencia sobre la Jornada de Semes. Al igual que tú, pienso en esa situación y todo me resulta un poco complicado. Me resulta difícil cuidar sin sentir… Un abrazo.
Hola Serafín; como tantas veces consigues con un texto conciso poner voz a tantas cosas que pensamos… nos queda la deuda profesional de saber quien y porqué publicó fotos tomadas desde las pantallas del control de enfermería… espero que la justicia de con la persona y le haga arrepentirse de semejante falta de ética.
Un abrazo.
Así es Salva… gracias.
Pues sí, una reflexión más humana de lo que nuestra sociedad parece. Dices que tenemos mucho que aprender, pero yo creo que tenemos que reprender y reprender. Son valores que han sido sustituidos por otros. De hecho hay actos que nos suenan inmorales y a día de hoy son legales y habituales.
En este caso chocan de frente a la necesidad de determinados cuidados de la paciente. Claro, en una sociedad tan medicalizada, las personas solo necesitan tratamiento, entendido como técnicas y medicación que les cure. Pasa desapercibida la necesidad de cuidado.
Mucho que aprender de como se tratan enfermedades como el ébola en países africanos. (aún con medios pauperrimos).
Como siempre Esteban, gracias por Enriquecer esta reflexión. Tenemos mucho, mucho que aprender….