Hola a tod@s.

En un reciente episodio de espera quirúrgica, me pregunté si habría algun documento en la red que hablará sobre la visión de los familiares durante el tiempo que pasan esperando a que termine una intervención quirúrgica. Encontré este Diario de Campo de Manuel Amezcua, publicado en la revista Index de Enfermería, titulado “El participante Invisible” en el que el propio autor nos dice “estas son las notas de campo tomadas por un enfermero-familiar sometido al calvario de la espera de la puerta de los quirófanos”. Os recomiendo encarecidamente su lectura, y por supuesto espero vuestros comentarios al respecto.

Un fuerte abrazo.

waiting chair
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8 comentarios en “Los familiares durante la espera quirúrgica.”

  1. Hola, como enfermera de quirófano durante unos años y como familiar que esperó con otros familiares doy fé de que en múltiples ocasiones no se sabe (no sabemos) manejar el lenguaje ni los gestos y no somos capaces de acercarnos tan siquiera un poco a lo que sienten las personas que esperan y que también son “clientes” y recursos de nuestra actividad, porque de ellos dependerá, al alta, que la recuperación del paciente siga por buen camino.

    1. Totalmente de acuerdo contigo. Al igual que tú trabajo en quirófano, y pienso que tenemos que “trabajar/cuidar” mucho más a los familiares. A veces se olvida que son fundamentales en el proceso quirúrgico. Desde este punto de vista, en nuestro hospital intentamos incluir y hacer participar a los familiares en la Acogida Prequirúrgica, pero tenemos que seguir trabajando, sobretodo en lo que tu has denominado “el lenguaje de los gestos”…Un abrazo y gracias por compartir con nosotros tu reflexión.

  2. Serafín, no se como os enfrentais a los familiares en la espera desde dentro, pero desde fuera, se agradece el trato amable del personal del hospital.
    Muy bueno el artículo, totalmente identificada con la descripción del amigo Amezcua, me ha encantado, aunque no siempre asocio espera de intervención quirurjica con drama.
    Cuando sabes que el final es feliz, te lo pasas bomba, todavía me acuerdo del cachondeo general en el parto de mi hermana. El tiempo pasó volando!
    Cuando no sabes cual puede ser el final, el tiempo en la espera, simplemente, se para. Mentalmente, pasas por todos los estados psíquicos. Pero lo que más me llama la atención, ahora que ha pasado el tiempo, es la de gente que conocí en esos momentos por matar el rato, hasta donde puedes llegar a conocer o intimar con alguien, para luego no volver a verla en la vida. Todavía me acuerdo de la mujer de las bolsas verdes. Los peores momentos, sin duda, los últimos, ahí es donde me aprendí la junta del azulejo que estaba mal puesto.

    1. Gracias por tu reflexión Inmaculada. Es agradable saber que no todas las personas identifican la espera quirúrgica con algo dramático. Ya mismo tendremos que poner un post sobre la importancia del trato amable por partel del personal sanitario en la práctica clínica habitual. Un abrazo

  3. Me ha gustado mucho el texto de Manolo Amezcua. En el servicio de cirugía general donde trabajo hemos incluído un protocolo de atención al familiar durante la espera quirúrgica, con un folleto que les entregamos al mismo tiempo que se les dá una breve información sobre rutinas del quirófano.
    El folleto es importante, a mi entender, porque mientras les hablamos están más pendientes de nuestro lenguaje no verbal, nuestro aspecto, etc, que de la información que les damos. Esta es muy básica, y la pueden leer de nuevo en ese papel que les dió esa enfermera tan atenta, que les hizo sentir que se estaban ocupando de su padre, hermana, esposa,.. pero que además les habían atendido a ellos también.
    Ese es el objetivo, no dejar a la familia de lado en el proceso quirúrgico. Me parece a mi.
    El folleto termina desgastado de leerlo, arrugado, apretado, parece el recibo que les han dado por tener a su familiar ahí dentro, es como una prueba de ello.

  4. Me siento muy identificada con lo que el compañero describe, parece que lo hubiese escrito yo hace poco más de un mes. ¡Qué lento pasa el tiempo esperando! Cuando mi familiar subió a planta se pasó el día hablando maravillas del personal que le había atendido y orgullosísimo de la sanidad pública.
    Sólo el regusto amargo de que cuando lo vimos justo al salir de quirófano para URPA, llevaba un guedel aún puesto (que a los dos minutos ya no tenía), mi familia se llevó una impresión grandísima, hasta yo la tuve… Debido a este desconcierto, tuve que usar el contacto de un un conocido y el típico “soy compañera” (lo cual odio) y justo después accedí a URPA, encontrando a mi familiar completamente consciente, sin guedel y hasta bromeando.
    Nunca he trabajado en quirófano y supongo que por el número de intervenciones y el tema de limpieza sucedió eso, ¿pero no hubiese habido un modo de evitar esa situación y de evitar la impresión a esos familiares que esperan horas y que cuando reciben noticias de “todo ha ido bien pero ha sido complejo”, ven a su familiar entrar en un ascensor con dificultad para respirar con un tubo?
    Quiero creer que no en todos los sitios no es así y que este fue un caso aislado, se debería intentar que esto no pasará nunca, ¿qué opináis?

    1. Coincido Silvia, en que debemos proteger mucho cierto detalles que pueden comunicar “lo que no es”. Comparto contigo que situaciones cómo la que describes no deberían suceder y debemos seguir trabajando para hacer las cosas mucho mejor.
      Gracias por pasarte y compartir tu experiencia con nosotros! Un saludo.

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