Mira que he dado vueltas a este post. Lo habré escrito más de 20 veces y casi que ninguna de ellas me ha convencido. Al final he optado por escribir algo breve, pero no quiero hablar de objetivos cumplidos, de lo que ha pasado durante este tiempo o si la iniciativa ha cambiado la manera en la que cuidamos y tratamos a los pacientes. Eso lo dejaré para muchas de las personas que han participado durante este tiempo en la iniciativa, y que hoy están respondiendo a estas preguntas en sus respectivos blogs y webs.

Hoy solo quiero compartir

Miro hacia atrás y veo a muchas personas, que no se conocían prácticamente de nada, reflexionando en un blog, en las redes sociales y trabajando en un documento en la red, con la motivación de crear un proyecto que pudiera mejorar la calidad (y calidez) de la asistencia sanitaria. Y ese proyecto pudo hacerse. “La magia de las redes sociales” lo llaman algunos…

Recuerdo el sabor de algunas comidas y momentos compartidos con algunos de vosotros en una estación de tren de Madrid, en una cafetería de Baeza, en una terraza de Córdoba, en un encuentro en Elche… en tantos y tantos sitios, donde dibujábamos y poníamos norte a esta iniciativa.

Me acuerdo también, cuando contamos por primera vez la iniciativa en Abla, un pueblo de Almería. Tenía el corazón acelerado de ver y sentir la mirada de personas con mucha más experiencia que yo en cuidar y sobretodo, en sentir. Ese olor tan especial, de un pueblo cargado de emotividad y de ganas de seguir cuidando.

El tacto ha sido vital en todo este camino. Juntos hemos tenido que tomar decisiones y resolver situaciones, en ocasiones difíciles. En muchos momentos, lo conseguimos. En otros, pudimos hacerlo mejor.

Por último, y por no mentir con la brevedad mencionada, mientras escribo este post escucho la canción de Drexler (cómplice de esta maravillosa aventura), “La huella de tu mirada”, versionada por Viejos Komodines, que me inspiró en su día para escribir “Mírame a los ojos!”.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=BA3Fy7qXP-c[/youtube]

Vivir una experiencia como esta te marca los cinco sentidos, por eso, “Mírame, Diferénciate” no se cierra, se traspasa de unos a otros. Así ha sido durante todo este tiempo y así seguirá siendo.

Llegados a este punto de romanticismo (así lo llaman) tenía pensado dedicar unas palabras para los agradecimientos. Lo estaba escribiendo, pero al final he decidido no hacerlo, porque seguro que me estaba olvidando de alguna persona. Quizás la más importante…

Solo una cosa más.

Si estás leyendo estas palabras MUCHAS GRACIAS POR TODO.

Si no pudiste leerlas, muchas gracias también.

Un fuerte abrazo y nos vemos en el próximo proyecto.

Epílogo de Serafín Fernández Salazar para “Mírame, Diferénciate”.

____________

Si quieres leer el Epílogo de Antonio Jesús Ramos Morcillo, puedes hacerlo en este enlace.

Además, puedes leer todos los post que se están publicando en el día de hoy, aquí.

 5,838 visitas

7 comentarios en “Mírame, Diferénciate no se cierra, se traspasa.”

  1. Pues como que no me resisto a entrar por aquí para decirte ¡qué grande eres!, hasta para traspasar Mírame a quien quiera darle calor y mimos después del año de curro que lleváis. Sencillamente genial. Un gran abrazo.

  2. Que grande eres Serafin y cuanta razon tienen tus palabras y tu iniciativa llena de sentimientos y estos no se pueden vender, pero si compartir y creo que eso hemos hecho y si nos sigues dando la oportunidad, seguiremos compartiendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.