Leyendo el excelente post de Rosa María Nieto sobre el método Suzuki y la metodología enfermera me ha venido a la cabeza una reflexión que tenía desde hace tiempo.

El paso de los años nos permite reflexionar sobre ciertas cosas con un poco de perspectiva. Esta cuestión que hoy os planteo ya he podido compartirla en más de una ocasión con otr@s compañer@s, pero hoy quiero hacerlo con todos vosotros.

Sabemos el tiempo que llevamos hablando de Práctica Basada en la Evidencia a todos los niveles y de hecho, seguimos haciéndolo. Sé que todas las cosas, necesitan su tiempo, que implantar nuevas prácticas en el día a día puede ser laborioso, pero que tantos años después, tengamos que seguir fomentando el que los profesionales nos hagamos preguntas clínicas, que busquemos sus respuestas, que seamos capaces de leer críticamente un artículo o que implantemos nuevas prácticas basadas en resultados, debería llamarnos la atención.

De Pedro Gómez, en este Editorial de la Revista Evidentia del año pasado nos decía:

Parece lógico reconocer que la utilización de la evidencia en nuestras diferentes prácticas profesionales, no depende de un ejercicio de ingenua voluntad que seguirá manteniendo la variabilidad clínica, sino más bien de un análisis concienzudo de los factores que modelan la realidad y la posterior utilización de modelos teóricos que permitan la elaboración de estrategias, que dirijan las actuaciones, que faciliten y garanticen la disminución de la variabilidad clínica para finalmente mejorar la seguridad de nuestros pacientes y por tanto se puedan conseguir los mejores resultados posibles, fin último de todos los que desde una posición u otra nos acercamos a este mundo de la evidencia

Con todo este tema y ya que seguimos en este punto, ya se está empezando a hablar de la muerte de la Medicina Basada en la Evidencia. (¡Qué fuerte me parece!)

En mi opinión, con la aplicación de las herramientas 2.0 a la Salud, puede pasarnos lo mismo dentro de unos años. Hablamos de actitud constantemente. Claro, la actitud nos llevará a cambiar nuestro chip, y al menos nos dará la oportunidad de probar determinadas herramientas y su uso en salud. Pero tenemos que ir más allá. Los profesionales y las organizaciones tenemos que ver la UTILIDAD de todas estas cosas (los pacientes nos llevan ventaja). Tenemos que ser capaces de incorporar estrategias macro y micro para que esto funcione. Sencillamente, si no mostramos claramente para que puede servirnos usar una aplicación en salud, simplemente, no la voy a utilizar. Si no muestro que una aplicación puede ser utilizada para el desarrollo profesional, no la voy a utilizar. Si solo muestro las ventajas del 2.0, quién está al otro lado solo verá que “le estamos vendiendo la moto”.

Debemos aquí también dar el salto, y pasar de la opinología a la acción. Es triste hablar una y otra vez sobre ésta actitud y es cierto que las enfermeras tenemos pocas habilidades de investigación y de lectura crítica, aunque al menos nosotras lo reconocemos y a pesar de que esto sea un mal endémico en el global de los profesionales de la salud.

Evangelizamos por doquier allá donde vamos (nosotros los primeros), pero nos olvidamos en demasiadas ocasiones de la persona que está al otro lado (“si, está muy bien esto del 2.0 y ¿ahora qué?).

Es pronto para convertirnos en una versión actualizada de Rappel, pero como dije al principio, manifiesto mi preocupación sobre este tema, porque en este entorno dospuntocérico, de colaboración y participación, lo mismo estamos a tiempo todavía de implementar ciertas estrategias, en avanzar sobre todo esto, de tal manera que no tengamos que leer en el 2020, lo siguiente:

Parece lógico reconocer que la utilización de herramientas 2.0 en diferentes prácticas profesionales, no depende de un ejercicio de actitud que seguirá manteniendo la escasa implantación de las mismas, sino más bien de un análisis concienzudo de los factores que modelan la realidad y la posterior utilización de modelos teóricos que permitan la elaboración de estrategias, que dirijan las actuaciones, que faciliten y garanticen la implementación, para finalmente mejorar la salud de los pacientes y por tanto se puedan conseguir los mejores resultados posibles, fin último de todos los que desde una posición u otra nos acercamos a este mundo de la Salud 2.0

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8 comentarios en “Atención Sanitaria Basada en Pruebas y Salud 2.0: algo más que actitud.”

  1. Creo que no sólo nos enfrentamos a la brecha digital, también hay una brecha metodológica considerable, y una realidad un poco dolorosa: cierta ausencia de pensamiento crítico. Supongo que todo ello es producto de la inercia, de años sin evidencias científicas y rutinas laborales consolidadas por la práctica. Asusta un poco, la verdad.

    1. Hola Ana. Coincido contigo. El pensamiento crítico está “bajo mínimos”. Me preocupa bastante, pero aún más, el que no seamos capaces de reconsiderar ciertas estrategias y planteamientos que no nos llevan a ningún lado. Esto nos está sucedienco con la Práctica Basada en la Evidencia y deberíamos tenerlo en cuenta con todo esto de la Salud 2.0. La rutina, no trae nada bueno.

      Gracias por pasarte. Seguimos debatiendo. Un saludo

  2. Uno de los objetivos es, entonces, suturar todas esas brechas, que cada punto se haga de la mejor manera posible y seguir dando el siguiente.
    En todos los años que llevo en esta profesión, parece que no se dan demasiados pasos, no hay muchos ¿y ahora qué? nos “embuclamos” con el qué somos, si nos quieren o no, si nos ven o no, si caminamos juntos o separados de otros colectivos, etc…
    El dospuntocerismo es una manera de ver qué se cuece por otros lados, de abrir ojos y miradas y de aprender de otros para dar mejor servicio a las personas que se cruzan en nuestro camino.
    Es compartir, enredarse y arrobarse con las ideas de otros con intereses similares a los tuyos.
    La evidencia, la enfermería basada en la evidencia es el refuerzo de nuestro saber a nuestra práctica profesional.
    Y la mirada crítica, la pregunta, el cuestionarse es una necesidad existencial para mejorar aquello que estamos mirando u optimizar los distintos recursos.
    Gracias por la entrada, es muy interesante.
    Un abrazo

    1. Interesante tus reflexión “Erreleo”. Suturemos las brechas y sigamos al turrónx. Como has hecho tú, creo que nuesstro primer paso debe ser este, reflexionar que nos aporta todo lo que tenemos hasta este momento, valorar lo que “no funciona”, modificarlo y seguir implementando más cositas.
      Si entramos en la dinámica (que creo es en la que estamos) el no subirnos a “los carros” que van llegando puede traer dos cosas: la brecha (unos pocos lo hacen y los demás no) y el desconocimiento (como no estoy, ni quiero, no se lo de que hablan).
      Gracias por tu reflexión.

  3. Me parece muy interesante la cuestión planteada. Yo creo que el problema no es de conocimiento ni de actitudes, es más bien de habilidades. Pues el conocimiento está al alcance de todos (libros, revistas, internet…), sólo hay que saber dónde buscarlo. La actitud (motivación para la acción) la tienes o no la tienes. Sin embargo, las habilidades son más difíciles de conseguir, ¿cuáles son esas herramientas o estrategias que tengo que aplicar? ¿dispongo de ellas? y si no es así, ¿cómo puedo aprenderlas? ¿quién me las puede enseñar? En muchas ocasiones nos encontramos con el siguiente problema: sabemos qué hacer (conocimientos), queremos hacerlo (actitud), pero no sabemos cómo hacerlo (habilidades). Por eso considero que la formación en habilidades es imprescindible! Es más, el desarrollo de habilidades te puede ayudar a conseguir una actitud más positiva y a aplicar los conocimientos de los que dispones desde otras perspectivas más eficaces y productivas. Por tanto, creo que debemos reflexionar más sobre el cómo trabajamos: qué habilidades necesitamos y cómo las conseguimos si no disponemos de ellas.
    Saludos.

    1. Muy buenas Olivia! Aquí seguimos con “la faena”. Coincido en que la habilidad es importante, pero estamos en un punto (en lo referido a la Salud 2.0) donde trabajar el conocimiento y la actitud es también esencial.
      En este momento, el uso de aplicaciones 2.0 en Salud y sus potencialidades es conocido por solo unos pocos. Es necesario por tanto, trabajar este aspecto, además de las habilidades, como bien dices.
      Me quedo con tu reflexión fianl “reflexionar más sobre el cómo trabajamos; que habilidades necesitamos y cómo las conseguimos si no disponemos de ellas”.

      Encantado de leerte por aquí!

  4. Hola; de dar “transversalidad” a estas herramientas y de ‘visibilizar’ su valor para individuos y organizaciones hemos hablado bastante en los escasos momentos en los que coincidimos así que sólo voy a publicar un ejemplo que ya conoceis.

    En un reciente congreso, en un workshop de esos tan chulis, la comercial de la marca patrocinadora hablando de un artefacto muy avanzado tecnológicamente y muy complejo pero tremendamente “conveniente” para el trabajo quiso dar la puntilla a su speech con el anuncio del lanzamiento de una app para tableta que permitía “hacer el pedido” on-line”… y yo me quedé preguntandome… “Vale, y eso ¿a mí qué me aporta?”

    Es esa falta de enfoque, ese no aportarle nada al ‘público objetivo’ lo que debemos evitar… con la evidencia y con las herramientas de red y con TODO lo que tratemos de difundir.

    Un abrazo.

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