“Cucha que te diga…”, el último número de la revista “Ética de los cuidados”, de la Fundación Index, publica un editorial de José Mª Rumbo Prieto, Enfermero y Doctor, del Área Sanitaria de Ferrol (Galicia) que nos plantea un debate interesante sobre los cuidados y el abordaje del dolor del paciente desde un punto de vista ético.
Y es que, a pesar de que en la mayoría de organizaciones sanitarias de nuestro país, el tema del cuidado del dolor, parece estar resuelto, aún nos queda mucho camino por delante. El autor hace un repaso histórico, referencia diferentes normativas a nivel internacional y finaliza planteando nuestras obligaciones y responsabilidades ético-legales que resumen en:
Considerar la queja de dolor del paciente como creíble y prestar atención a sus necesidades físicas, emocionales, psicológicas y espirituales.
Atender convenientemente al paciente, mostrando en todo momento profesionalidad y capacidad para un adecuado manejo del dolor, evitando el infratratamiento, los medios fútiles, las conductas de obstinación o el encarnizamiento terapéutico.
Reconocer la participación activa y autonomía del paciente del paciente, familiares, cuidadores o tutores en la educación sanitaria y el desarrollo de los objetivos del plan terapéutico sobre el manejo efectivo del dolor.
Cumplir institucionalmente con la normativa implantada sobre la valoración del dolor como quinta constante, realizando para ello el registro periódico de su evaluación y plan de cuidados, y anotando los resultados de las terapias aplicadas en relación al alivio óptimo y continuo del dolor.
Conocer las políticas de calidad y procedimientos protocolizados para la evaluación y el manejo efectivo del dolor, y velar que se cumplan las responsabilidades de la institución para que no se vulneren los derechos del paciente.
Mantener informado y asesorar al paciente de las evidencias más adecuadas y eficientes para el tratamiento de su dolor, de la probabilidad y duración de las intervenciones disponibles, de posibles consecuencias, de tratamientos alternativos y, si es preciso, ofertarle la posibilidad de redactar el documento de voluntades anticipadas (documento de instrucciones previas).
Planificar de forma adecuada y continuada el alta de los cuidados para el correcto manejo del dolor en otros niveles o servicios asistenciales.
Como no puede ser de otra forma, recomiendo la lectura íntegra del editorial, y aprovechando el tema, me gustaría también recomendar la lectura de un libro de Adela Cortina, “¿Para que sirve realmente….? La ética“, recomendado por el propio autor y Luis Arantón (uno de nuestros imprescindibles en Twitter) en la misma revista, y que recientemente me han recomendado en un curso de formación.
La ética forma parte de nuestra vida, personal y profesional. En algunos momentos, es bueno recordarlo, ¿no crees? #AlTurrón.
Gracias a Prado Sánchez Molero, incorporamos dos referencias sobre el dolor de lactantes durante la administración de vacunas, que guardan relación con este post. Gracias Prado por compartilos con nosotros. Un saludo!
-Sánchez-Molero Martín, M. P., Del Cerro Gutiérrez, A. M., & Galán Delgado, H. (2014). Respuesta al dolor de lactantes según el orden de administración de las vacunas. Revista Rol de Enfermería, 37(6), 442-449.
-Sánchez, N. G., Moína, M. M., Vera, C. J. G., García, I. L., Muñoz, L. C., Marqués, B. P., … & Fernández, J. A. (2015). Alivio del dolor y el estrés al vacunar. Síntesis de la evidencia. Recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas de la AEP. Revista Pediatría de Atención Primaria, 17(68), 5.
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Gran tema… El eterno problema del dolor y de como lo gestionamos… un deber ético de primer orden, para todos los profesionales sanitarios.
Que en pleno siglo XXI, nadie debiera sufrir dolor, es una idea en la que la mayoría estamos de acuerdo, aunque en la práctica sigamos muchas veces errando en su abordaje (o no estructurándolo adecuadamente).
Me encanta el post Serafín; mi agradecimiento por la mención.
Sigamos trabajando para que cada vez sean menos los pacientes con dolor.
Gracias Luis por pasarte y compartir estas palabras. Coincido totalmente. Ninguna persona debería sufrir dolor en un centro sanitario. Sigamos trabajando para conseguirlo! Un abrazo de los grandes.
Fantástico post de un tema que sigue sin estar lo suficientemente abordado por todos sus protagonistas, aunque no se dejan de dar pasos para que esta quinta constante vital ocupe su lugar en la asistencia sanitaria.
A la editorial no le sobra ni una coma, y el libro de Adela Cortina ya está encargado 🙂
Sólo una simple reflexión que no deseo que se malinterprete. No me termina convencer el mensaje que lanzamos muchas veces los propios profesionales sanitarios sobre el objetivo de eliminar el dolor a toda costa, y que tener un paciente con dolor es una “negligencia”. No podemos olvidar aspectos como la importancia fisiológica de la presencia de dolor como mecanismo de adaptación y los procesos complejos en los que el dolor es inevitable (intervenciones quirúrgicas, enfermedades oncológicas, neurológicas, situaciones terminales, etc.), por lo que nuestro camino debe dirigirse en mejorar el abordaje y los cuidados del paciente con dolor, haciendo a la persona partícipe y protagosnista de todo el proceso.
Gracias Serafín!!!!
Un abrazo.
Interesante reflexión Victor, que comparto. Me quedo con una cita “abordaje y cuidados del paciente con dolor…”. A mi me gusta también, la palabra, acompañar. Gracias por pasarte!