Suena el timbre. Damián, el señor del 13, voy corriendo que estaba regular…
-Dígame Damián
–“Tengo una furia en la entrepierna”
-¿Cómo? (Mi cara es un poema), ¿cómo dice?
– Se la voy a enseñar (pienso lo peor, me lo enseña, me lo enseña…).
– Nooo, es una erupción cutánea… (Su mujer me refiere que “las sábanas del hospital le dan alergia”). Le facilito unos indicaciones y sigo, que la noche sí que está hecha una furia. Cierro la puerta. Otro Timbre. ¡Vamos allá!
Carmela, habitación 9,
-Que pasa Carmela.
-Mire usted… ¿podría ponerme “La Copla”? (Mi cara es de novela…)
-Venga, va, pero porque es usted, que los cantantes estos no me gustan nada y además, estoy muy liado (si yo le contara)
A punto de salir por la puerta me dice…
-Por cierto bonico…Mañana si puedes le dices a mi hija lo de la “Triple Ibérica” (Uf… esto ya es de libro)
-¿Ibérica? (entiendo que hablamos de lomo, chorizo y salchichón, que aquí en la Sierra).
-Si, bonico, si, lo de la vacuna esa de la “triple ibérica.. que cuando se la tienen que poner a mi nieta “La Sara” (“Amos ya”…). Le digo que hable con su enfermera del centro de salud (y que le diga de paso lo de ibérica también que se lo va a pasar bomba, jeje).
Sigo. Merche (auxiliar) me dice que Ramiro (el del 7) quiere salir fuera.
-Vamos a ver, que son las 3 de la mañana y no se puede salir del hospital.
-Es que llevo 4 días “sin salir fuera” (por Dios, cuando estoy de noche estoy casi tres y no me pasa nada y el está enfermo).
-No son horas Ramiro
-Pues mañana se lo dice usted al médico que me mande algo, que llevo 4 días sin ir al wáter y tengo que salir fuera de una vez. Ahora sí. Salgo yo también fuera, pero de la habitación.
Venga va, esto no puede empeorar. Otro timbre. Este timbre seguro que es normal. Vamos, al turrón, Trini (la señora del 5):
-Se me ha acabado el “suero sicológico”. Vale. Para psicólogo estoy yo como esto siga así.
Los timbre continúan. Hay más música y luces que en “La Pachá”:
Ramón, “no puedo dormir que me duele el zancajo” (donde estará eso).
Piedad, “cuando me vas a poner el Trafalgar” (Me voy, me voy…)
Arturo, “tengo el estómago patrás”. (Ainsss)
Rebeca, “menuda zangarriana ha tenido mi madre” (Que olor por Dios…)
Pilar, “nene el chintrón” (si se lo dieron en la cena)
Ana Teresa le grita a su vecina de cama “vaya ardentías que tengo”…
¡Noooooooooooooooooooooo….!
Y de repente, ¡Zas! Desperté. Menudo cabezazo que he pegado que casi me doy con el flexo de la Hospi. Si es que me había dado sueño, son las 6 y 43 minutos. Me he vencido unos instantes y fíjate tú la que hemos liado en 4 minutos… Pues eso, el sueño de una noche enfermera de verano. Ni un timbre ha sonado. Si es que los turnos de noche son muy largos.
Me pongo en marcha de nuevo que son las 7 y tocan las analíticas. Entro a la habitación de Manuel, – ¿Cómo hemos dormido Manuel?”,
– Fatal. Toda la noche pensando en el “fax craneal” que me tienen que hacer hoy.
Sonrisa. Le explico. Sonreímos. Le saco “el analis”. Sigo con el turno, que ya queda poco para descansar. Y mañana, más.
Un abrazo.
Agradecimiento: Monólogo dedicado desde el cariño y respeto a las palabras dichas en todos los consultorios y centros sanitarios del mundo y que en numerosas ocasiones tenemos que traducir al idioma científico sanitario.
Nota: Gracias a tod@s los lectores que han incorporado sus palabras a nuestro Wikipalabro y bajo el cual está inspirado este monólogo. Sois geniales. Un abrazo.
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