Yo soy esa que acude a tu llamada cuando crees que hay peligro, cuando piensas que la vida se acaba o cuando el miedo se apodera de ti.
Aquella que recorre calles de ciudades, cientos de kilómetros en carreteras, sube y baja miles de escaleras cargada con su mochila, deseando poder llegar a tiempo para ayudarte.
Esa que se mete en el barro, que se moja durante horas bajo la lluvia para estar a tu lado en medio de una carretera. La que sube la montaña entre la nieve. La que se tira en el suelo para trabajar más cerca de ti, para poder mirarte a los ojos y decirte que no tengas miedo, que ha venido para ayudarte. La que se arrodilla entre amasijos de hierro y cristales rotos para poder salvar tu vida.
Soy la que te explica lo que va a pasar, la que intenta que no tengas miedo. La que coge tu mano e intenta tranquilizarte. Esa que intenta ponerse en tu lugar para saber lo que sientes.
Soy también la que te hace daño. La que te pincha con agujas, la que te llena de tubos y de vendas. La que no te deja moverte para que tu lesión no se agrave.
La que te toma mil veces la tensión apretándote el manguito hasta estrangular tu brazo. La que te controla el pulso. La que pega un respingo cuando tu ritmo cardíaco se vuelve caótico. La que se levanta corriendo para sujetar tu cabeza cuando te mareas en el camino.
Soy la que ayuda a sus compañeros con sus funciones, la que apoya o plantea sus dudas sobre las decisiones.
Esa que habla con tu familia y amigos para intentar resolver sus dudas. Aquella que te explica todo lo que tienes que hacer si alguna vez te sucede lo mismo. La que intenta responder tus preguntas.
Esa que lucha por mantener tu vida cuando no ha llegado tu momento. La que te anima a seguir adelante. La que se emociona y aparta los ojos a punto de llorar cuando la situación le supera. La que te dice “que vaya todo bien” al despedirse.
La que estudia y lee casi a diario preocupada por ser mejor profesional. La que pasa horas enseñando a la gente a cuidarse. La que investiga para que su trabajo sea reconocido.
Podría ser cualquiera de mis compañeros, pero ESA soy yo:
Esther Gorjón, enfermera de emergencias.
Editora del Blog “Signos Vitales 2.0“
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buena definicion de tu vocacion ,de tu entrega y de tu competencia como enfermera. Sigo creyendo que no se valora suficientemente el trabajo de enfermeria y me parece perfecto que se reivindique, en el caso de tu post, con un relato precioso.
Un abrazo
Coindimos contigo Vicente! Un excelente post en defensa de los cuidados de enfermería. Saludos!
Gracias Esther. Buen post para ayudar a poner en valor lo mucho que hacéis por la sociedad.
Gracias de nuevo.
Un abrazo
Muy apropiado el post, para el día de hoy.
Transmites perfectamente que vives apasionada y disfrutas con tu trabajo.
Unos afortunados todos los usuarios que reciben tu ayuda…es una suerte contar con profesionales como tú Esther.
Supongo que ya lo sabes, pero estas colaborando en la evangelización y empoderandoentuhospitalcomopaciente de esta profesional.
Un abrazo y a seguir!
jose
Estupenda la definición Esther… es un honor compartir profesión y pasión con profesionales como tu. Gracias
Gracias Esther, por tu entrega, por saber cuidar, por transmitir con intervenciones diaria el trabajo profesional de cuidar. Profesionales como tu hacen visible nuestra profesion a toda la sociedad. Enhorabuena.