Hace unos días estuve organizando en casa los certificados de servicios prestados, publicaciones, formación, etc, para incorporarlos a una bolsa de trabajo (tradición de todos los años por estas fechas).
Mientras revisaba los documentos, estuve dándole vueltas a un asunto que hoy comparto con vosotros y vosotras, en relación a la formación continuada.
¿Cuánto dinero se gastan las instituciones y organizaciones en planes de formación? ¿Cuántos de esos cursos incorporan referencias actualizadas de los temas que se tratan? ¿Cuál es el impacto de estas actividades de formación? Y un par de cuestiones más, ¿Cuantos cursos se realizan sobre Práctica Basada en Evidencias? Como profesional, ¿qué interés tengo por este tipo de actividades?
En la situación actual, los recortes también están llegando a los planes de formación, por lo que dentro de las actividades que se organizan, considero que es imprescindible que se realice formación sobre Práctica Basada en Evidencias.
Ahora, más que nunca, nuestras decisiones, tienen y deben estar apoyadas en las “cuatro patas de la mesa”: resultados de investigación, experiencia del profesional, preferencias y valores de los pacientes y, por supuesto, también los recursos.
En una situación donde los recursos cada vez son más escasos, nuestras decisiones tienen que estar respaldadas por un conocimiento, que reconozcamos, en ocasiones no está actualizado. Es el momento, de no producir desigualdades en las personas que cuidamos, ya que, ante una misma intervención, los profesionales pueden realizar actividades distintas, con lo que esto implica.
Las organizaciones tienen que optimizar sus recursos (aunque ellas las confunden con recortes). No se trata de ofrecer cualquier tipo de formación (la más barata). ¿Puede haber mejor formación que la que facilita al profesional recursos para poder tomar decisiones a la hora de cuidar o tratar?. Otra cuestión más, ésta relacionada con organizaciones que realizan formación semipresencial, a distancia o en otras modalidades. ¿Quiénes son los docentes? ¿Qué materiales facilitan? ¿Cuáles son los contenidos?…
Para terminar y aunque parezca un poco radical, pienso que la Formación sobre Práctica Basada en Evidencias debería ser obligatoria para todos los profesionales, y además, facilitada por las Organizaciones sanitarias. Solo es una cuestión de responsabilidad. Tal y como nos decía María José Freire en este Editorial,
El compromiso con el paciente requiere de una actitud profesional y esto equivale a responsabilidad. Ser responsable es ser competente, y para ser competente hay que mantenerse actualizado.
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Serafín, tienes mucha razón.
Gracias por pasarte Miguel Ángel. Un saludo
Estoy totalmente de acuerdo con lo aquí expuesto.. Si la FC especialmente basada en PBE fuera obligatoria nuestra carrera profesional tendrían sentido más profesional y o puramente lucrativo. Solo de esta forma podemos dar la mejor alternativa ante una cuestión de salud.. Siempre con la mejor evidencia y actualización.
Tal y como dices Sergio, la PBE es fundamental para nuestro día a día y en nuestro desarrollo profesional.
Sigamos pues!
Un saludo
Hola de nuevo; en primer lugar daros noticia de que vuestra siembra dio fruto… y si no lo entendeis ya os lo explicaré.
Respecto a la evaluación de los programas formativos; por lo menos “de palabra” en Galicia la FEGAS (fundación encargada a nivel autonómico de TODA la formación continuada del SERGAS) hace una evaluación del impacto de los programas formativos y de cada actividad.
En mi comunidad me consta que de cada curso que se realiza se pasa unos cuestionarios a los alumnos sobre su satisfacción respecto a la acción formativa y al docente… y también se que el docente puede recibir los resultados agregados de dichas encuestas. Pero la medición del impacto de las acciones formativas como tales no me consta… Respecto a la PBE en mi centro se hicieron varios cursos con escaso éxito de inscripciones… tal vez sería hora de reeditarlos… o no.
Un abrazo.
Nos alegra saber que la siembra ya está lista…
Cuando hablaba en este post de evaluar el impacto, no solo me refería a medir la satisfacción con respecto a la actividad formativa y los docentes, sino al impacto que tiene la actividad en los profesionales, en la transferencia del conocimiento en el día a día…
No solo pienso que se deberían realizar más actividades formativas sobre PCBE, sino que éstas, deberían ser obligatorias para todos los profesionales.
Un abrazo Salva!
Creo que es un tema muy importante, pero no solo en formación sino a todos los niveles.
No nos paramos a medir casi nunca el resultado de nuestras acciones, por lo que no sabemos si han sido efectivas y eficaces.
En el ámbito de la formación, quizás sea más fácil evaluar la satisfacción de los alumnos, pero ir más allá y hacerlo con el impacto en su trabajo diario es algo más complejo, aunque no imposible.
Por eso creo que este tema debería incluirse en toda planificación formativa.
¿Nos atrevemos?
Gracias por la reflexión
Hola Chema. ¿Nos atrevemos? Claro que sí, y las organizaciones ¿Se atraverán?… Lo veremos 🙂
Un abrazo!
Hola a todos!
Tema prioritario en dos aspectos, en el primero por la inclusión de la práctica basada en la evidencia en los planes formativos.
A este nivel, es necesario que la PBE sea incluida desde primero de carrera, al menos eso me parece a mí…
Por otro lado está la medición del impacto de las acciones formativas…
Me atrevería a decir que me conformo con que se evalúe el impacto de los planes formativos, si es que los hay… y es que claro… la formación también debe tener objetivos y si no responde a un plan que persiga la consecución de objetivos poco podremos evaluar.
Yo tengo la impresión de que los planes formativos se hacen para rellenar, para conseguir puntos, para decir que se hace algo,… pero no estoy seguro de que sean estrategias para mejorar determinados aspectos concretos de la atención sanitaria.
Al menos en mi ámbito…
Otra cosa es qué herramientas usamos para medir ese impacto…
Pensar que un plan formativo no está diseñado para mejorar la atención sanitaria ni las competencias de los profesionales sanitarios es bastante triste, pero, en ocasiones, es lo que tenemos…
Un abrazo amigo!
Me parece acertado no solo la opción que la PBE sea incluida en los planes de formación, sino que además se implemente en la práctica diaria y que fuera medible. Por esto último llevo luchando en mi hospital hace ya tiempo.
Se me ocurre que como herramienta para medir PBE fuese obligado hacer realizar un trabajo o similar sobre una situación sobre el terreno de una unidad o o servicio o …., y analizar como se hacían las cosas antes y compararalas con los resultados despues de utilizar la PBE.
Eso daría un punto de partida y una hecho constatable de que se puede y debe utilizar la PBE y mejora la calidad de los que trabajamos y de los usuarios, además de una organización del tiempo en el trabajo, reducción de costes, re efectos adversos…
Podíamos hacer algo al respecto, un planteamiento a nivel multicéntrico para analizar esta situación y ver sus efectos y resultados, ¿estaríamos dispuestos?.
Sería algo maravilloso el poder hacerlo realidad, además creo que sería un punto de partido como medida para que se estudiase la posibilidad de ir incorporandola en los estudios.
Perdón por mi espítitu idealista tal vez, pero cuando veo las posibilidades y sus posibles beneficios, mi mente es un hervidero y me pierdo.
Lo dejo a vuestra elección….
Hola Sergio, interesante propuesta la que nos planteas. Si te parece, podemos seguir hablando por mail. Dispones de nuestros correos en la parte de contacto. Ya nos cuentas… Un saludo