La mayoría creemos que un Simposium es una reunión científica para exponer y debatir temas profesionales. Pero esto no es la verdad….
La verdadera historia del Simposium o como las asociaciones científicas nos han engañado hasta ahora.
Todos sabemos que es un Simposio, o al menos, creemos saberlo. Un Simposium es una reunión de expertos sobre un determinado tema, que exponen diversas perspectivas del mismo ante un auditorio de personas asistentes, las cuales pueden hacer preguntas o comentario sobre lo expuesto.
Seguramente, vosotros, igual que yo habéis asistido a muchos simposios y habéis quedado conformes y satisfechos. ¡Claro desconocíamos la verdad!
El descubrimiento de la impostura.
Accediendo al conocimiento. El Simposium como reunión científica está bien, un poco serio y no demasiado divertido. Pero como todos estamos acostumbrados nadie se queja.
Mi descubrimiento de LA VERDAD tuvo lugar en un verano, durante una visita al magnifico Museo Metropolitano de Nueva York. Seguramente el mayor museo del mundo.
Llevaba unos minutos de recorrido de las salas de museo, cuando accedí a las salas dedicadas a Grecia clásica. Entonces vi algo que llamó mi atención. Un panel explicativo de una de las salas estaba encabezado con la palabra “SIMPOSIUM”. Ah, pensé, un anuncio de un simposium sobre Grecia. Me acerqué a leerlo, pero era otra cosa. Era la descripción cierta y correcta de que es un Simposium.
Tras esta epifanía, busqué información en otras fuentes, en otros museos, en Internet, y en todas partes se ha confirmado el hallazgo. Un Simposium es más que reunión científica de sesudos expertos, Mucho más.
Simposium = Bebiendo juntos
La palabra simposium (?????????, sympósion), que traducimos por banquete, significa propiamente «reunión de bebedores».
He aquí cual es la verdadera naturaleza de un Simposium. Se trata de una reunión, en la que los asistentes, los “simposiastas” (solo hombres, en la antigua Grecia, pero claro, ahora hay que incluir hombres y mujeres, por la igualdad) se juntaban en una sala, recostados en cómodos divanes y procedían a hablar, debatir y a celebrar el simposium. Se empezaba a beber con las libaciones habituales en honor de los dioses, sobre todo de Dionisos, la «bondad divina» que ha dado el vino a los hombres.
La libación consistía en beber una pequeña cantidad de vino puro y en rociar algunas gotas invocando el nombre del dios. Luego se cantaba un himno a Dionisos, y después se designaba, casi siempre al azar, con los dados, al «rey del banquete» (simposiarca) , cuya función principal consistía en fijar las proporciones de la mezcla del agua y vino en la crátera y decidir cuántas copas debía vaciar cada invitado. Se acostumbraba a beber por la salud de todos los asistentes. El que desobedecía al rey del banquete debía cumplir una especie de castigo, por ejemplo bailar desnudo o dar tres vueltas a la habitación llevando en brazos a la tañedora de oboe, cuya presencia era obligada.
Puesto que beber el vino puro, era considerado una costumbre bárbara, se usaban unas enormes crateras para mezclar el vino con agua en las proporciones justas. Y este es el importante papel del Simposiarcha (pronúnciese /simposiarka/.
El Simposiarcha
Tiene un papel fundamental en el desarrollo del Simposium. Debe decidir en cada momento cual es la proporción vino:agua que se mezcla en la cratera. La proporción va entre 1:5, si hay que tratar asuntos serios hasta 1:2, para asuntos ligeros. Claro que la proporción de agua suele ir disminuyendo conforme avanza el Simposium.
También debe decidir el número de crateras que se van a consumir. Esta es una cuestión delicada para la cual existen ciertas reglas (establecidas por el mismísimo Dionisos), que el Simposiarcha debe conocer.
“Para hombres sensibles, preparar solo 3 crateras: una para la salud (que beberán la primera), la segunda para el amor y el placer, y la tercera para el sueño. Después de vaciar la tercera cratera, los hombres sabios se van a sus casas. La cuarta cratera corresponde al mal comportamiento, la quinta es para hablar a voz en grito; la sexta es para insultos y rudeza; la séptima para las peleas; la octava para romper los muebles; la novena para la tristeza y depresión; la decima para la locura y la inconsciencia.”
Ya vemos, pues, cuan importante es contar con un buen Simposiarcha, que conozca el género, sepa administrar las mezclas y la dosis, y acierte con el número de crateras.
Por un Simposium genuino en cada congreso.
Una vez adquirido el conocimiento, tras saber la verdad que las asociaciones científicas de toda índole nos ha ocultado durante años, solo nos queda reclamar…
¡Simposiums autenticos en nuestros Congresos!
Los sufridos Simposiastas que asistimos a los congresos, necesitamos sofás para reclinarnos, crateras de vino, y un Simposiarcha eficaz y experimentado. Ah, y también, tañedoras de oboe.
Todos los hechos y personajes son ficticios. Cualquier parecido con personas reales es mera coincidencia.
Pedro Luis Pancorbo Hidalgo (@PlPancorbo)
Referencias
- Department of Greek and Roman Art. “The Symposium in Ancient Greece”. In Heilbrunn Timeline of Art History. New York: The Metropolitan Museum of Art, 2000–. http://www.metmuseum.org/toah/hd/symp/hd_symp.htm (October 2002)
- Symposium. En : Wikipedia, the free Encyclopedia.
4,890 visitas