Hace unos días terminé de leer el libro autobiográfico de Oliver Sacks y aunque he prometido (a mí misma :D) escribir una reseña, hay varios aspectos de su vida, de su personalidad y competencia que me han cautivado una vez avanzaba en su lectura. Fundamentalmente, esa capacidad para la narrativa, de manera que tras investigar muy de cerca a los pacientes como caso único, ha sido capaz de describir detalladamente situaciones clínicas para que fueran atractivas y comprensivas. Pero eso no sería posible si no se acompaña de una gran dosis de curiosidad por avanzar en el conocimiento y que le ha llevado continuamente al debate clínico-científico con otros colegas de profesión, incluso con un premio Nobel, Gerald Edelman, con quien llegó a conversar sobre su teoría del caos y el darwinismo neural.

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La importancia del debate en cuidados

Reconozco que esta costumbre me produce cierta envidia de mis compañeros de profesión médica, por esa capacidad para profundizar en las salas de trabajo o espacios laborales, sobre situaciones clínicas de personas a las que atienden, y no porque desde la disciplina enfermera no se pueda alcanzar, sino porque no estamos acostumbrados a debatir científicamente en los espacios de trabajo, o frente al café o la merienda, tras una parada en la actividad asistencial.

Últimamente visito varios “controles de enfermería” (¡qué palabra más fea!) y me sitúo cerca de otro, y no escucho o encuentro fácilmente oportunidades de debate de casos clínicos o si aparecen referencias a discutir alguno, rebosan juicios de valor sobre un paciente o su familia ante escenarios que minan la paciencia o por ser situaciones suculentas de chismorreo. No siempre es así, también es cierto, pero entiendo que deberíamos de cambiar en más de una ocasión algunas afirmaciones por preguntas del tipo “¿por qué crees que Manuel, el paciente de la habitación x, está hoy más demandante? no tenía muchas ganas de comer, y cuando llegas a la habitación su demanda es casi espontánea pero no consigo que me mire a la cara, me evita la mirada ¡le ha subido hasta la cifra de glucemia ahora en la merienda! parece inquieto, ¿crees que debería hacer… etc, etc.?” Es decir, Enfermería está poco acostumbrada al debate y la discusión de casos clínicos de cuidados. Claro que estaréis pensando, “justo en el momento de sentarme un rato, no voy a hablar de los pacientes…” pero es que opino y estoy algo convencida, que hablamos poco de situaciones clínicas y resoluciones de cuidados entre compañeros/as de profesión, abriendo esa oportunidad de debatir.

La empatía entre profesionales

Este es el motivo por el que destaco el concepto de la empatía entre “profesionales” en el cuidado, y que no es otra cuestión que esa capacidad de ver el mundo como la otra persona. Es decir, si llego y hago esas preguntas que expongo arriba, seguro que mi compañera/o de turno comienza a ver a Manuel como una persona que en este momento tiene necesidades no demandadas ante su vivencia actual en el hospital, y hasta puede ayudar a recordar esa situación que se dio con nuestro compañero/a, el otro al día cuando ingresó en su turno “recuerdo que al ingresar me dijo, que su padre se murió en esta misma unidad hace exactamente 8 años… eso puede explicar su elevada necesidad de atención, debe estar viviendo su ingreso con miedo y además estaba inquieto, es más recuerdo que la Tensión Arterial (TA) estaba elevada…” Esta situación ficticia relatada, podría haber concluido de otra manera diferente si desde que nos sentamos un rato en el café o descanso, le decimos al compañero/a “hoy Manuel está muy pesado, no para de llamar al timbre, y cuando voy ni me mira, ¡qué se habrá creído!”.

Por supuesto, no quiero dar lecciones de cuál es la mejor manera de hablarnos en el café o de qué debemos hablar, sino que quiero alertar sobre este entorno o espacio como muy propicio para debatir situaciones clínicas que pueden resolver problemas o ayudar a alcanzar un juicio clínico diagnóstico desde el papel de la enfermería e incluyendo al equipo en ello.

Casos clínicos y sesiones de cuidados

Hablaba el otro día con una compañera sobre un caso clínico que ha generado mucho interés por la trascendencia en prensa. Y entendíamos que era necesario llevar ese episodio de ingreso y de cuidados, a una sesión clínica de cuidados en la unidad, analizar qué ha ocurrido y encontrar la manera de aprender y profundizar en el cuidado dispensado desde la reflexión. No ya como análisis desde la seguridad del paciente, que quizás también precise de un Análisis de Causa Raíz (ACR), sino para estudiar precisamente desde la “empatía profesional”, cómo se valoró al enfermo, qué necesidades o problemas se detectaron y qué juicios clínicos diagnósticos, intervenciones y resoluciones se alcanzaron para el seguimiento y discusión del caso. Esto seguramente nos ayudaría a conocer mejor el caso clínico para aprender sobre todo ante nuevas situaciones clínicas similares.

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Es verdad que en los hospitales, con el modelo laboral de rotación por turnos de mañana, tarde y noche, en la atención asistencial continuada las 24 horas del día, y sin tener ni siquiera incluido el tiempo de relevo de enfermería como jornada laboral realizada computada (en mi entorno, al menos, no está considerado), ésta idea de hacer sesiones breves de cuidados es difícil, o cuanto menos, poco probable. Pero reconozcamos que tampoco hay costumbre ni oportunidades de crearlas. Recuerdo cuando una compañera me contaba hace años, que en la planta de hospitalización de un hospital portugués donde trabajó un tiempo de su vida laboral, cada mañana la supervisora (no sé si allí reciben este (feo) nombre, con perdón) se sentaba con los profesionales y hacían sesiones cortas de cuidados para valorar el nivel de dependencia de los enfermos y distribuir cargas de trabajo. Esto me sonó a música (de Aran Malikian!!!, me encanta su virtuosismo), y se me ha quedado grabado a fuego en mi “imaginación” (¿por lo de inalcanzable?). Además, estas sesiones, ayudaban a que la gestora asistencial “le tomara el pulso” de la unidad diariamente, es decir, conocieran a los pacientes allí ingresados y sus problemas y necesidades de cuidados.

Buscar espacios para el debate clínico ante el cuidado asistencial

Volviendo a la realidad que vivo en mi entorno hospitalario, (y a diferencia de la atención primaria, que incluyen en su jornada laboral el tiempo de una hora o media hora al día, para la formación continuada del equipo), si al menos estas sesiones de cuidados matinales no se hacen, deberíamos de encontrar la manera de crear espacios de debate más a menudo. Incluso defiendo (desde hace años) la idea de crear en las unidades asistenciales hospitalarias, comisiones de cuidados con profesionales voluntarios, implicados y comprometidos con el cuidado, que junto al gestor de cuidados de la unidad, trabajen por la calidad asistencial y de los registros en la continuidad asistencial y que debatan además casos clínicos de cuidados en general, o como episodios de ingresos que hayan sido particularmente especiales por su complejidad o especificidad.

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Además sería interesante que como hacen los médicos, organizar a puertas abiertas sesiones clínicas de cuidados, por ejemplo, un martes de 9-10 horas o de 13-14 horas de la mañana, en un entorno de reunión (salón de actos) (esta idea la quería implementar Cipriano Viñas en mi entorno), y si además el episodio clínico, compete a varias unidades por la que ha ido ingresando el paciente, estaría interesante hacerlo incluyendo a miembros de los diferentes equipos asistenciales que han atendido al paciente (por ejemplo, un paciente que tras estar ingresado en estado crítico para su salud, pasa a planta tras mejoría clínica desde la unidad de vigilancia intensiva, pero precisa un tiempo de hospitalización más elevado de lo previsto incluyendo un traslado a otra unidad para un desbridamiento quirúrgico, y finalmente ser dado de alta y necesitar atención continuada de esa herida durante muchos meses. ¿No sería interesante valorar qué problemas, intervenciones y resultados se alcanzaron con el paciente? ¿Quizás fue inevitable la UPP o se pudo haber evitado tal complicación? ¿Habrá existido variabilidad en el cuidado de la UPP si consideramos que ha estado ingresado en tres unidades diferentes, además de su seguimiento en atención primaria?

En fin, es sólo un ejemplo, pero entiendo que hay muchas situaciones a debatir en pos del desarrollo profesional y el beneficio del paciente, siempre; y desde mi humilde opinión, animo a ello.

Virginia Salinas. Sed felices.

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8 comentarios en “¿Por qué nos cuesta tanto hacer uso de la empatía entre “profesionales” cuando se trata de hablar del cuidado asistencial?”

  1. GRACIAS VIRGINIA por cada palabra de esta entrada que ha tocado mi alma y me ha emocionado de tal manera que por mis ojos brotan lágrimas. Lágrimas de ver que esta realidad somos muchos lo que la percibimos, con lo cual vemos la urgente necesidad de cambio, pero en todo. Para mi esta profesión necesita un Reset tremendo, un volver a empezar, con lo aprendido y poniendo en práctica todas estos temas que profesionales tan válidos como tu y como muchísimos exponéis día a día en redes….y todo es por ese sentir común de la urgente necesidad de cambio. Porque ojalá todo esto que expones fuera una realidad y habláramos más de los cuidados de los pacientes y no de las vidas personales y chismorreos de turno que sólo hacen darnos “esa imagen ante el paciente” que todos odiamos y que nos ganamos a pulso……En fin, no quiero extenderme más que me emociono……ojalá nos encontremos pronto en persona y con un café hablemos sobre estos temas tan interesantes……ese café si que sería de lo más enriquecedor. Un fuerte abrazo

    1. Virginia Salinas

      Hola Teresa
      Gracias a ti, por estas palabras que observo que te salen del corazón, la verdad es que me emociona leerte a ti también, fundamentalmente porque derrochas pura pasión en tus palabras y estoy convencida y tiene toda la pinta que eres una persona que vive la profesión con mucha pasión también. La verdad es que no quería dejar una sensación de tristeza, ni pretendía sacar las lágrimas. Así que es necesario alegrarse y pensar que hablando una y otra vez sobre estas situaciones y oportunidades de debate en beneficio del paciente, o cuestionándonos estas realidades, quizás vamos introduciendo elementos positivos para la profesión, como las sesiones clínicas de cuidados, o las comisiones de cuidados en las unidades asistenciales, para valorar la calidad de los cuidados de los profesionales que allí trabajan como áreas de mejora, o cuestionándose la calidad los registros de cuidados y su mejor desarrollo o en las que se debatan prácticas clínicas habituales para alcanzar evidencia científica, o incluso debatir casos clínicos de cuidados específicos. Hoy comentando con David Pérez (@ertaky) sobre estos aspectos, llegamos a la conclusión que la frase “es que estamos quemado”, la deberíamos sacar de nuestro “vocabulario laboral”, ya que ayudaría a no poner el “no” delante de todo pensamiento por crear espacios de mejora laboral. Ya sabemos que la vida no es sólo el trabajo, y para muchos compañeros pensar en cuidar dura lo que dura el turno laboral, también comprensible, porque cada cual tiene sus prioridades. Eso está claro, pero al menos si vamos cuestionando que podemos hacerlo mucho mejor entre todos, creo que lo iremos alcanzando. Hay grandes profesionales, y hasta muchos de ellos y ellas ya realizan estas prácticas o situaciones que comento. Y si no se hacen, seguro que se lo cuestionan, así que vamos pues a ir generando estas oportunidades de cuidar mejor!!!
      Gracias Teresa por pasarte y por supuesto que estoy deseando conocerte y echar ese café enriquecedor!! Vente pal sur. Un abrazo.

  2. Rafael Bermejo Pastor

    Virginia un buen relato de algo que deberíamos incluir en nuestro trabajo diario. Agradezco tu visión optimista sobre el tiempo en primaria para formación, pero ya no es lo habitual, solo están la asistencia y el registro…, y las quejas, y la trivialización del sufrimiento de nuestros pacientes, como una forma de defensa para que no nos dañe.
    Las quejas son las que nos queman aunque no queramos admitirlo. Reflexionar sobre nuestro propio trabajo y la empatía pueden ser tablas de flotación para que no ocurra lo peor que le puede ocurrir a alguien que ayuda a los demás. Lo peor es que dejen de importarte las personas a las que cuidas. Cuando pasa, estás acabado como profesional y como persona.
    La situación a la que hemos llegado en general tiene muchos culpables, pero no debemos de perder la esperanza en nuestra capacidad de cambiar las cosas para que mejores.

    Un saludo.
    Rafael Bermejo. Médico. CS Montilla. Córdoba

    1. Virginia Salinas

      Gracias Rafael. Me alegro por tu comentario desde esa realidad que a mi me falta integrar como es la atención primaria en mi visión sanitaria unilateral hospitalaria. Fíjate, lo incluí porque hace poco en un grupo de debate hospitalario, alguien comentó que atención primaria tiene esa ventaja de disponer de un espacio laboral inclusivo de formación, generando cierto resquemor la comparación, aunque pronto se diluyó cuando se recordaba que no es precisamente ventajosa la situación de reposición y sustitución de recursos de Atención primaria http://gerentedemediado.blogspot.com.es/2015_06_01_archive.html como nos recuerde S. Minué aunque sin querer centrarme en esta cuestión. Pero por lo que comentas, parece que va dejando de ser habitual aunque recordaba ese espacio de formación a última hora de la mañana, como algo activo, de cuando hice mis prácticas de alumna de enfermería en at. primaria. Pero entiendo lo que comentas sobre la queja y la trivialización, sostenido en el “estoy quemada/o” piedra angular para hacer entender al otro, que si no tienes compromiso y dedicación, no es por tu culpa, no es por no querer implicarse, es por el sistema, por el pedir y no me dan, por la maldita palabra “crisis” que lo justifica todo!!, etc. Son tiempos difíciles, se sabe, pero estoy convencida que no podemos caer en ese “tsunami” de desmoralización que se ha instaurado en la asistencia, venga de atención primaria (como relatas) o venga de especializada (como compruebo a veces). Hace tiempo que me resisto, ahora ando en pseudogestión, y mi deseo es sumar personas con ganas de hacer, de implicarse, y rascas y hay, hay personas en los equipos asistenciales básicos alérgicas a la “toxicidad” de lo negativo, y capaces de estimular/se y de construir asistencia con mayúsculas. Sobre todo porque como tan acertadamente comentas no podemos permitirnos por nuestra condición de “estar y ser” profesional que nos dejen de importar la sociedad que cuidamos y atendemos. Gracias por pasarte y aportar, muchas gracias Rafael.

  3. Buenos días:

    Me ha gustado mucho tu articulo, creo que podría ser posible solo hay que intentarlo .
    Hace poco teníamos en nuestra Unidad Unidad un Doctor que regresaba después de mucho tiempo dedicándose a la gestion a la Unidad , donde ahora trabajaba de nuevo de forma asistencial, Durante el tiempo que ha estado intento incluir a la enfermería en el trabajo de equipo . En el cambio de turno , se acercaba , se presentaba como medico de ese paciente , te explicaba como había evolucionado y lo que pretendía o buscaba durante el turno en el cual trabajamos juntos. Después de el otros médicos consideraron importante este aspecto y se acercaban en los relevos a buscar a la enfermera de su paciente .
    Sin embargo pocos fueron los que lo entendieron ( entre los enfermeros ).
    En mi caso , cuando llego intento mantener este intercambio de información, para mi lo importante no es que se imponga, sino que los compañeros lo vean y lo consideren interesante. Ellos mismos lo añadirán en su trabajo.
    Como enfermera tuve la oportunidad de trabajar en otros sistemas de salud como el NHS en Manchester , allí se entraba a trabajar 30 min antes para hacer un relevo de calidad donde nos sentamos y discutiamos sobre los cuidados y necesidades de nuestros pacientes ( nuestro trabajo era de más calidad).

    Por otro lado en la otro lado del mundo , en países en vías de desarrollo

    Trabajando con MSF en Uganda y Colombia , era igual, si queremos trabajar en equipo hay que reunirse y hablar .
    Pensad por un momento, enfermeria trabaja de la misma manera con los TCAE , con los celadores , con el personal de la limpieza . Siempre recordaré a una compañera que trabaja en la limpieza, que fue la única que sabía cómo abrir una cremallera , lo que evitó sufrimiento al paciente en urgencias .

    Fomentemos la Empatía en nuestros servicios, conozcamonos y a media noche compartamos un café y unos donuts de chocolate o similar .

    Pero sobre todo no ceseis en el intento , solo es cuestión de acostumbrarnos y abrir las comisiones .Que la información sea libre y pública .

    Un saludo

    1. Virginia Salinas

      Muchas gracias Auxi por pasarte y comentar. Me han gustado mucho esas valoraciones en positivo de la inclusión de otros profesionales sanitarios en el relevo de enfermería, sobre todo si de trabajar en equipo se trata, ya que como bien aportas, y creo que debemos madurar “todos” en ello, al final no es “mi” paciente ni es del médico/a, ni de la enfermera/o, ni del celador/a, ni de la/el TCAE, etc., el paciente es de sí mismo y se debe sólo a él, de manera que todo lo que hagamos en beneficio de su salud debería ser entendido necesario de incorporar como rutina a nuestra práctica diaria. Seguro que en ese intercambio de impresiones al relevo, se valoraban aspectos que quizás en principio podían ser pasados por alto. Y por supuesto que el debate clínico precisa tiempo y si esa media hora que disponías en Manchester se incorporara en la actualidad (al menos en nuestro entorno), permitiría poder plantearnos más alegremente estas situaciones que relato, pero la idea que persigo con el post, es al menos pensar en la posibilidad de buscar esos espacios, en forma de breves sesiones o en forma de comisiones de cuidados (que por cierto, las comisiones se deben normalmente acompañar de actas, que en cualquier caso deben ser públicas a los profesionales de la unidad o del entorno). Y que sepas que me apunto a ese café una noche de estas [seguro que llegaran las noches más tarde que pronto 🙂 ] Me alegro de leerte por aquí Auxi. Un beso grande.

  4. Asun Salaberria

    Me ha encantado tu artículo. Realmente una comunicación eficaz y eficiente mejoraría la calidad de los cuidados que proporcionamos. Recojo la idea de las sesiones de cuidados. Gracias por compartirlo

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