Cucha que te diga, hoy tenemos una colaboradora de lujo, sabeis que no perdemos oportunidad de invitar a personas de reconocido prestigio para que nos escriban un post en Cuidando. Esta vez “le ha tocado” a Jennie Popay, profesora de Salud Pública de la Universidad de Lancaster, una de las mejor valoradas en el Reino Unido.
La profesora Popay estuvo dando una conferencia hace alrededor de un mes en la Universidad de Jaén. Se la invitó desde el Departamento de Enfermería y dentro del Master Universitario en Investigación e innovación en Salud, cuidados y calidad de vida.
Aún siendo una persona muy ocupada, accedio encantada a nuestra sugerencia e incluso nos propuso múltiples temas sobre los que hacer el post. Sin duda el tema de las Desigualdades Sociales en Salud (DSS) es más que sugerente y estimulante y le agradecemos enormemente que nos haya dedicado parte de su tiempo. Tuvimos oportunidad de comer con ella y escucharla y sin duda oirla es “magnético”, como habla del cuidado, de su interés por las DSS, de la comunidad gitana, de la exclusión social, etc.
photo credit: Isidr? Cea
Sin duda tiene múltiples reflexiones y por primera vez en Cuidando tratará el tema de las Desigualdades Sociales en Salud. Como siempre os lo facilitamos en castellano y en el inglés original.
El conocimiento popular extraordinario
Domingo, 15 de mayo. Área de Manchester, Inglaterra. Estoy en casa de mi anciana madre en Salford igual que hago cada fin de semana como parte de la red familiar que la cuida. Ella esta echando una siesta pero yo me distraigo fácilmente por lo que en vez de ponerme al día con el trabajo estoy meditando sobre los hilos que unen nuestra vida diaria con el trabajo remunerado que hacemos. Obviamente, el asunto de la medida en que las elecciones individuales y/o el contexto social dan forma a los caminos que tomamos en la vida es enormemente controvertido. Así que, dejando esto a un lado, elegí hacer investigación sobre la forma en que el conocimiento adquirido a partir de la experiencia diaria puede iluminar los caminos que unen la pobreza, la exclusión social y la vulnerabilidad con las desigualdades en salud y como este “conocimiento profano” (o popular) puede ser usado en la acción para el cambio. E. P. Thomson, el historiador (uno de los dos gigantes en la batalla contra la desigualdad, que murió en 2010. El otro es Peter Townsend) escribió de forma apasionada sobre la dejadez histórica sobre la sabiduría popular y el poder de las personas como vías para los cambios sociales positivos.
El interés hacia las desigualdades en salud está enraizado en mi infancia en la ciudad interior de Salford, en la que mi mamá y la mayor parte de mi familia aún vive. Esta es una ciudad con una contradictoria reivindicación de fama. En el siglo XIX, trabajando en la fábrica textil de su padre Frederick Engels recogió los datos sobre los barrios bajos de Salford para su famoso libro “La situación de las clases trabajadoras en Inglaterra”. Ciento sesenta años después la situación ha mejorado pero la ciudad de Salford está todavía dentro del 20 % de las zonas más deprimidas en el Reino Unido. Por otra parte, poca gente sabe que el famoso club de futbol Manchester United tiene su sede- Old Trafford- en Salford y que los ánimos están alegres ahora en la ciudad ya que este club acaba de ganar la liga de futbol. Pero en muchos hogares el humor es parecido al tiempo: húmedo, gris y ventoso!. Al igual que en muchas ciudades en el Reino Unido, Salford está recortando más de 400 millones de libras de los servicios públicos y los grupos de voluntarios, el Servicio Nacional de Salud está bajo ataque, las prestaciones sociales se están reduciendo y se está restringiendo el acceso. A pesar de los intentos para proteger a los servicios considerados como más esenciales, los recortes de esta magnitud en las prestaciones con fondos públicos- lo que las personas que trabajamos en políticas sociales como yo solemos llamar “salario social”- reducirá de forma inevitable el estándar de vida de los residentes en Salford y empeorará las desigualdades en salud.
Pero Salford es también el lugar en el desarrollé la fascinación con la perspectiva que se puede obtener a partir del conocimiento popular y en el poder de la intervención humana como una fuerza hacia el cambio social positivo. En el siglo XIX los ciudadanos de Salford fueron famosos por su militancia. Convocaban reuniones públicas con cualquier pretexto, según los periódicos de la época. En décadas recientes esta militancia se ha apagado pero hay señales de la gente está volviendo a redescubrir la “voz pública”, tal como hicieron en lo años oscuros del Thatcherismo (gobierno de la primera ministra M. Tatcher). En Abril de este año hubo una manifestación pública contra la reducción del gasto público en Bexley Square, el mismo sitio en el que tuvo lugar una manifestación similar en 1931 contra el recorte en las prestaciones para desempleados. El caso cercano de mi madre sirve de ejemplo de la resistencia de individuos que han luchado para crear vidas con significado a pesar de circunstancias muy difíciles y de los que E.P. Thomson llamó la “condescendencia de la historia”. Para los estándares de vida occidentales, ella tuvo una vida dura y añadió muchos kilómetros extras a su reloj biológico y eso se nota. Ella tiene varias enfermedades complejas y toma una aterradora mezcla de medicinas – 16 diferentes pastillas cada día y 3 inhaladores diferentes. Su corazón y sus riñones están fallando y ver como lucha para respirar y caminar resulta doloroso. La situación de mi madre demuestra la importancia de la familia. Puede vivir de forma confortable en su casa porque sus seis hijos le proporcionan cuidados informales durante las 24 horas. Ella tiene una pequeña pensión pero tiene que ser suplementada por sus hijos. Tiene un equipo de atención primaria fenomenal pero los servicios comunitarios son escasos. Y a pesar de todas la dificultades ella está preparando su 90 cumpleaños para el próximo Marzo. Toda su vida trabajó en empleos no cualificados, pero con 83 años ella construyó su propio ordenador y estuvo aprendiendo programación de ordenadores y francés. Sin embargo, el empeoramiento en la demencia vascular frenó todo eso y su frustración se demuestra en mal humor y agresividad. Estos días a menudo tengo que recordarme a mi misma que debo mirar más allá de estos aspectos negativos del envejecimiento y ver sus logros. Esto es lo que intento hacer en mis investigaciones y lo que yo creo que cualquiera que trabaje en el campo de la salud debe hacer- mirar más allá de lo que generalmente se percibe como negativo (comportamientos poco saludables, ancianos gruñones, y pacientes frustrados y agresivos ) para intentar ver y añadir lo extraordinario en las vidas de la gente corriente.
Jennie Popay. 15 de mayo de 2011
The “extraordinary lay wisdom”
Sunday 14th May, Greater Manchester, England. I’m staying at my elderly mum’s house in Salford as I do every weekend as part of the family caring network that supports her. She’s taking an afternoon sleep but I’m easily distracted so instead of catching up on work I’m musing on the threads that bind our everyday life with the paid work we do. Obviously the whole question of the extent to which individual choice and/or social context shape the paths we take in life is hugely controversial. So leaving that aside I chose to do research on how knowledge acquired from everyday experiences can illuminate pathways linking poverty, social exclusion and vulnerability to health inequalities and how this ‘lay knowledge’ can inform action for change. E.P. Thompson, the historian (one of two giants in the battle against inequality who died in 2010 the other being Peter Townsend) wrote passionately about the historical neglect of lay wisdom and people’s power as vehicles for positive social change.
The interest in health inequalities is rooted in my childhood in inner city Salford where my mum and most of my family still live. It is a city with contradictory claims to fame. In the 19th century, working at his father’s mill Frederick Engels collected data on the slums of Salford for his famous book The Conditions of the Working Classes in England. One hundred and 60 years later conditions have improved but inner city Salford is still one of the 20% most deprived areas in the UK. On the other hand, few people realize that the world famous football club Manchester United has its home – Old Trafford – in Salford and spirits are high in the city today as the club has just won the Premier league. But in many homes the mood is more like the weather: wet, windy and grey! Like many cities in the UK, Salford is cutting more than £40million from public services and voluntary groups, the National Health Service is under attack, welfare benefits are being reduced and eligibility is being restricted. Despite attempts to protect services considered to be most essential, cuts of this size in publically funded provision – what social policy people like me used to call the ‘social wage’ – will inevitably reduce the living standards of Salford residents and worsen health inequalities.
But Salford is also where I developed a fascination with the insights to be gained from lay wisdom and in the power of human agency as a force for positive social change. In the 19th century Salford’s citizens were famous for their militancy. They called public meetings at the drop of a hat according to newspapers at the time. In recent decades this militancy has been subdued but there are signs that people may be rediscovering a ‘public voice’, as they did in the dark years of Thatcherism. In April this year there was a public rally against public expenditure cuts in Bexley Square the site of a similar rally in 1931 against cuts in unemployment benefit. Closer to home my mum exemplifies the resilience of individuals who have battled to create meaningful lives despite very difficult circumstances and what E.P. Thomson called ‘the condescension of history’. By western standards she had a hard life that put a lot of extra miles on her body clock and it shows. She has complex co-morbidities and takes a frightening concoction of drugs – 16 different pills each day and three different inhalers. Her heart and kidneys are failing and watching her struggle to breath and walk is painful. Mum’s situation reveals the importance of family. She can live comfortably at home because her six children provide round the clock informal care. She gets a small benefit but this is topped up by her children. She has brilliant primary care but community services are thin on the ground. And against all the odds she is planning her 90th birthday next March. She worked all her life in unskilled jobs but at 83 she built her own computer and was learning computer programming and French. However, worsening vascular dementia has put a stop to all that and her frustration is showing in moodiness and aggression. These days I often have to remind myself to look beyond these negative aspects of ageing and see her achievements. That’s what I am trying to do in my research and what I think everyone working in the health field must do – to look beyond what are generally perceived to be negatives –health damaging behaviours, grumpy old people, and aggressive frustrated clients – and try to see and build on the extraordinary in ordinary people’s lives.
Jennie Popay 15th May 2011
Un besico y al turron.
PD: queremos agradecer al Profesor Pedro L Pancorbo Hidalgo que nos haya traducido el texto original de la Profesora J. Popay.
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Este pdf os gustara…
http://www.who.int/sdhconference/consultation/draft_WCSDH_Technical_Paper.pdf
Muchas gracias Miguel¡¡ tiene buena pinta, habrá que verlo detenidamente.
Un abrazo, hasta pronto.
“Intentar ver lo extraordinario en la vida de la gente corriente,” ¿no os habeis parado a pensar alguna vez en la vida que habrá llevado la persona que teneis delante cuando la vemos tan vulnerable? no en el sentido de etiología de su enfermedad, sino en imaginar todo lo que hay detras de esa persona. Habeis vuelto a dar en clavo con este post, sois geniales, intentare conocer mas de la obra de esta mujer Jennie Popay, me ha encantado.
Hola Carmen, realmente la Profesora Popay (Catedrática) es una mujer con mucho que decir (pero eso lo tiene que hacer ella) y con una construcción vivencial muy potente.
Creo que parte de su potencia reside en que “ve el mundo pasar” y se trae lo conceptual al terreno sobre el que suceden las cosas.
Te puedo decir que en el libro “Health assets in a global context” http://www.springer.com/public+health/book/978-1-4419-5920-1 tiene un capitulo (por si te animas): “comumunity empowerment and health improvement: the english experience” (puedes ver algunas paginas del mismo), y en los enlaces tienes más información sobre ella.
Un besico y… al turron¡¡¡¡ que aquí hay mucho.
Después de leerlo, no me he quedado indiferente.
Buena llamada de atención a los familiares.
Rizando un poco el rizo, añadiría que no se maneja igual a un bebé que a un adulto, aunque existen paralelismos y el cariño es el mismo.
Muchas gracias Inmaculada, con familiares que puedan tener esa perspectiva los cuidados mejorarían de manera exponencial y si no es igual un bebe que un adulto o un contexto familiar u otro, pero en cualquier caso son unas profundas e interesantes reflexiones y una “astuta” de hablarnos de los cuidados.
Un abrazo
Enhorabuena y gracias por compartirlo, me ha hecho reflexionar al igual que a Carmen :
…mirar más allá de lo que generalmente se percibe como negativo (comportamientos poco saludables, ancianos gruñones, y pacientes frustrados y agresivos ) para intentar ver y añadir lo extraordinario en las vidas de la gente corriente.
No, el texto no deja indiferente, gracias de nuevo.
saludos rosa
Ayer cuando leí el documento me quedé igual, cuantas ideas, reflexiones… me encantó… “estos días a menudo tengo que recordarme a mi misma que debo mirar más allá de estos aspectos negativos del envejecimiento y ver sus logros”.
Totalmente de acuerdo con vosotros, mucho para pensar…
¿Se puede expresar algo mejor? “en muchos hogares el humor es parecido al tiempo: húmedo, gris y ventoso”.
Gracias por compartirlo.
No paramos de decirlo, este texto tiene frases y reflexiones increibles… un abrazo Pilar