En las últimas semanas, al menos en redes sociales, el tema de la humanización sanitaria ha estado muy presente en los entornos profesionales. Ya sea en Twitter, Blogs, e incluso videconferencias (#webinar se llaman ahora…), la humanización está de moda.

Desde mi punto de vista el que este debate se ponga sobre la mesa es bastante interesante. Hablamos de un tema que preocupa a pacientes y familia: un trato correcto; información sobre el proceso de salud, adaptada y comprensible; ponerse en lugar del otro y entender sus preocupaciones; o por ejemplo, que se les realice un procedimiento técnico con altos estándares de calidad, que también es otra forma de cuidar con respeto.

Humanizaccion, por Rafa Tarsicio

El caso es que durante estos días, los debates sobre factores que podrían afectar a la humanización han propiciado discusiones de interés sobre recursos humanos, tiempo en el trabajo, formación, trato hacia los profesionales por parte de la organización, realización de iniciativas para humanizar con intereses ocultos (o no)… Debates que ponen sobre la mesa el interés, preocupación, por este asunto y sus factores asociados.

Pero de todas estas conversaciones, hay una que no termina de producirse. O al menos, yo no la he podido ver. Y es la de entender que la humanización del cuidado que prestamos cada día es una responsabilidad de los y las profesionales sanitarios: con nosotros y con las personas que cuidamos.

Como ya comentábamos hace tiempo en este documento, “cuando una persona tiene una relación con el Sistema Sanitario busca, no sólo la competencia técnica de los profesionales, sino que también espera encontrar personas capaces de transmitirle seguridad, confianza y respeto acerca de sus decisiones”.

Y es que, en mi opinión, una cosa no puede ir sin la otra. La responsabilidad que tenemos con las personas que cuidamos es hacer las cosas bien. ¿Debo poner la medicación a un paciente sin preguntarle su nombre? ¿Si no explico la técnica que voy a realizar a la familiar de un paciente que está inconsciente, lo estoy haciendo bien? ¿Puedo entender lo que está sintiendo Francisco (que lleva dos meses ingresado en la UCI sin ver a sus hijos pequeños) si no me pongo en su lugar? ¿Podría evitar errores de medicación si llamara a Amalia por su nombre y no como “la paciente de la 321”?

Comunicarnos de manera correcta, ponernos en el lugar del otro, tratar a las personas con respeto no es un extra de la atención sanitaria. Pienso que todos y todas, independientemente del lugar que ocupemos debemos velar por dar el salto de la humanización a la responsabilidad. La humanización no es un condicionante: la doy si tengo esto o lo otro. Personalmente, no entiendo el cuidado si no es humanizado (con responsabilidad). Tendremos que aprender (si no sabemos), crear contextos más agradables (en aquellos lugares donde no lo sean); dar un papel más activo a pacientes y familias (están deseando participar), y priorizando la comunicación (verbal y no verbal) como una intervención terapéutica con un incalculable valor.

Claro está, que todo esto requiere de un cambio de actitud y precisa de una reflexión previa de todos y todas. Estos debates que se generan en las redes (lástima que se queden aquí) nos ayudan a reflexionar de manera colectiva, permiten visibilizar los problemas y llevar mucho más lejos el mensaje de una moda por humanizar que debería quedarse para siempre.

En fin, cucha que te diga…¿estás dispuesto/a a dar el salto de la humanización a la responsabilidad? Yo sí. Me encanta saltar.

Un abrazo #AlTurrón

Nota: Post publicado en el último número de la Revista Nuestra Enfermería FanZine.

 

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19 comentarios en “No lo llames humanización… llámalo responsabilidad”

  1. ¡Hombre, Serafín! ¿Y ahora que hago con mi entrada que intentaba razonar en la misma dirección y que está por terminar? ¡Hombre, esto se avisa!
    Bromas aparte, totalmente de acuerdo contigo. Responsabilidad. Humanizar no debería ni plantearse en una profesión como la nuestra, de lo contrario, ¿que estamos haciendo?¿hacia dónde la hemos conducido si la ejercemos sin humanizar nuestras acciones ni a quienes van dirigidas?
    P.D. Terminaré la entrada. Más voces, mayor alcance.

  2. Africa Conde Anguita

    Muy bien dicho Serafín totalmente desacuerdo con tu reflexion.me quedo con la frase ” no se puede separar cuidado y humanización” y la relación que estableces entre humanizar y responsabilidad.Has dado en el clavo chico¡¡¡

  3. Isidoro Jiménez Rodríguez

    El 7-7-2016 aparecia un interesante artículo de la enfermera Amalia Batanero Sánchez en el periódico digital”Acta Sanirtaria”, cuyo título era “Humanizar, Calidad Asistencial y aeropuertos sin aviones”. Como mi punto de vista enfermero no coincidía exactamente con el de la compañera, yo realice el siguiente comentario, que lejos de representar ideas extremas, pretende exponer unas breves reflexiones, tras mis cuarenta años de ejercicio profesional. Por supuesto que muchos no vais a compartir mis puntos de vista, pero en lo que estareis de acuerdo, es en que la Enfermería debemos adoptar otro tipo de posturas frente a los problemas que sufre nuestro sistema sanitario. Espero que nadie tendrá duda, que el actual camino, no nos conduce a ninguna parte.
    Y este era mi reflexión a que hago referencia.

    “Humanización, “gigantes y molinos de viento”.
    Durante muchos siglos la Enfermería ha supuesto el referente de trato humanizado y respetuoso en nuestros centros asistenciales. Y ello es así, porque los hospitales, se crearon, como fruto de la caridad cristiana y las primeras que realizaron labores de cuidar fueron las organizaciones religiosas. Afortunadamente, esa impronta cultural, se ha mantenido a lo largo del tiempo y las cuidadoras y cuidadores profesionales de hoy, Auxiliares o Enfermeras, al margen de sus creencias espirituales, así lo demuestran, ofreciendo al enfermo comprensión, sensibilidad, piedad, compasión, ternura, empatía … Por lo tanto no veo que tengamos que apuntarnos a ningún “carro”, o mejor dicho, a ninguna “ocurrencia” nueva. Otra cosa es el deber de todo profesional de perfeccionar continuamente su labor, sobre todo cuando se aplica sobre una persona.
    Habla de “calidad asistencial” que es un concepto diferente al de “humanización”. Estimo que para progresar en calidad asistencial debería darse una proporcionalidad en la dotación de las diferentes plantillas asistenciales, o un mínimo control de la gestión de áreas de actuación profesional por cada colectivo responsable. Sólo por poner un par de ejemplos. Pero, repito, este es otro tema.
    Describe algunas de las líneas de actuación del plan de humanización de servicio de salud madrileño. ¿No se para a pensar que todas y cada una de estas actuaciones pueden y deberían estar guiadas por enfermeras u otros profesionales no médicos?. ¿O acaso ocurrirá como en otras comunidades autónomas, que incurriendo en el más cruel sarcasmo, se ha puesto a pilotar estos “planes humanísticos” a médicos?.
    Y sepa algo más. Los pacientes cuentan a las enfermeras y enfermeros sus problemas y necesidades. También, en no pocos casos, refieren la desconsideración y falta de respeto que sufren por parte de algunos profesionales. Tal vez, antes de hablar de “humanizar”, debería abordarse el respeto a la dignidad de las personas, principio que recoge nuestra Constitución, y que se supone, es de obligado cumplimiento por parte de “todos”. ¿Porqué nuestras autoridades sanitarias (médicas) no empiezan por este aspecto, tan básico?. Y después que, hablen de “humanizar”. Pero que se refieran y centren en quienes han hecho de su profesión algo sin rumbo, ni horizonte. En los que desconocen que todo el proceso sanitario debería estar centrado en el paciente, siendo ellos unos meros colaboradores para tal fin.
    Aunque sea por una vez, no sintamos miedo y terror frente a ellos. No se trata de “semidioses” o invencibles gigantes, sino de interesados “ignorantes compulsivos” que aún, después de 30 años de vigencia de la Ley General de Sanidad, no han asimilado que es el paciente el centro de nuestro sistema sanitario, y no ellos. Y por lo tanto, frente a tal grado de desconocimiento, ni siquiera podemos considerarles como aquellos “enemigos imaginarios” que D. Quijote vio en simples molinos de viento.
    No hagamos también los coros de palmeros en esta ocasión, ni vivamos extrañas “virtuales” realidades.

    1. Isidoro, muchas gracias por compartir este comentario en el blog. Como decía en la entrada, el que se incorporen diferentes puntos de vista a este debate me parece maravilloso, porque nos lleva a un escenario donde se resalta la importancia no solo de este tema sino de muchos más. Me parece interesante la diferenciación del concepto de calidad asistencial y de humanización (aunque estén muy unidos). Comparto al 100% el respeto a la dignidad de las personas como principio de nuestra constitución y entiendo, que cuando esto no se produce, o los pacientes y familias nos dicen que no lo estamos haciendo, es algo que nos debe hacer pensar. Por eso, hablaba también de responsabilidad en el post…
      De nuevo Isidoro, gracias por sus palabras. Un saludo.

  4. Me sabe mal pero no me acaba de gustar…. para mi se ha perdido humanización detrás de la lucha en nombre de la evidencia cientifica, soy una defensora del humanismo enfermero y soy incapaz de ejercer sin esta huella personal, pero sigo coincidiendo con compañeros que tienen una técnica de manual impoluta pero que se olvidan del sello “humanizar” con una responsabilidad incuestionable en su día a día.
    Pero he de decir que me gusta que esto de humanizar moleste……porque obliga a una reflexión como disciplina.
    Gracias por poder reflexionar en voz alta.

    1. Hola Eva, gracias por pasarte. Tras leer tus palabras pienso que hablamos de casi lo mismo, aunque en el tema que me comentas de la evidencia científica, discrepo, ya que son muchas las evidencias cientíicas las que nos hablan de que cuidar de una forma integral y personalizada al paciente es positivo para las personas. La evidencia y la humanización son (y deben ser) amigas ;). Un saludo!

  5. Clara Hurtado

    Totalmente de acuerdo Serafín, no podemos pretender que la humanización no pase por asumir la parte que nos toca como profesionales. en la mesa redonda que clausuró la reunión @saludonme que se celebró en Valencia este año también se reflexionó sobre nuestra responsabilidad y nuestra actitud como profesionales, mas allá de las que corresponden a las instituciones y a sus directivos.

  6. Prado Sanchez

    Serafín !!, me encantan tus reflexiones y deseo agradecerte tu inconmensurable labor en pro del trabajo de enfermería, que como tu bien señalas no es posible sin un alto nivel de responsabilidad, con nosotros mismos ,con las personas que cuidamos y esto nos lleva al compromiso de mejorar la sociedad que nos rodea.
    Considero que “la visibilidad” de la enfermería como profesión pasa necesariamente por una ética en nuestros cuidados, que implica responsabilidad en nuestro trabajo clínico, investigador…respeto a las personas que cuidamos, a sus opiniones y decisiones. Sí aportamos a nuestro trabajo responsabilidad, alto nivel competencial, respeto a las personas que cuidamos es más que posible que “la visibilidad enfermera” sea reconocida y apreciada en la sociedad.
    Un saludo

  7. Gracias por esta reflexión Serafín. Muy de acuerdo contigo y a los comentarios referidos. Hasta que ya llego a mi hospital la humanizacion y ha ocasionado que los enfermeros nos sintamos identificados porque el cuidar lleva implícito hacer lo que tengamos que hacer con evidencia, responsabilidad, ética y humanidad. Un fuerte abrazo enfermero a tod@s.

  8. Totalmente de acuerdo compañero!!! Yo trabajo con el proceso fin de vida y creo que su cuidado es mi responsabilidad. Un abrazo

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