Supongo que estas palabras resultan familiares a muchas enfermeras. Se suelen escuchar con frecuencia en salas de espera de centros de salud. Por ejemplo, cuando le preguntas a Miguel, el que vive en la calle del Aceite… ¿cómo está Miguel?, y responde siempre con…“aquí andamos, vengo a tomarme la tensión y el azúcar”; o cuando María y Herminia conversan en la sala de espera y una le dice a la otra: “Yo no sé para que vengo si yo me la he tomado esta mañana”…
El rol de las enfermeras en la Atención Primaria
La verdad es que mola bastante que las personas vengan al centro de salud a la consulta de la enfermera. Trabajo nos ha costado. Eso sí, estaría bien que no siempre fuera para hacerse estas pruebas. Los profesionales sanitarios sabemos que cada vez más pacientes tienen en casa un tensiómetro, un glucómetro, un aparato al fin y al cabo que les dice la tensión y el azúcar. Incluso ya tienen aplicaciones móviles y todo… así que, además de estos “controles” los profesionales tendremos que hacer mucho más: promoción de la salud, prevención de la enfermedad, gestión de la demanda, educación terapéutica, etc…, pero ¿nos interesan? ¿las hacemos en nuestro día a día? ¿nos organizamos con el resto de los profesionales para hacerlas?.En el caso concreto de las enfermeras es un área de trabajo en la que tendríamos mucho desarrollo y donde podrían conseguirse buenos resultados, y que además, nos facilitaría parte de la ansiada visibilidad que muchos demandamos.
¿Damos importancia a la prevención y promoción de la salud en Atención Primaria?
Con mejores palabras y con términos más académicos, Antonio Jesús Ramos, publicaba el pasado año un editorial en la revista Evidentia, titulado “Prevención de la enfermedad y promoción de la salud, la esfera independiente de la enfermería: un comienzo obligado”, en el que se reflexiona y propone sobre este tema.
Tal y cómo nos indica en este documento, en términos globales las actividades preventivas y de promoción no interesan, ni a los profesionales clínicos, ni tampoco a las organizaciones sanitarias a nivel general. Prueba de ello, según refiere el autor, es el escaso seguimiento de la aplicación de las recomendaciones relacionadas con este tema, la creencia de que las mismas son “un trabajo extra” y los problemas relacionados con la cobertura de profesionales con experiencia en las mismas en Atención Primaria. Sin duda, problemas que tendrán que abordarse de manera inmediata, y más, teniendo en cuenta que la cronicidad de la población no es un problema de mañana o pasado, sino de hoy.
Visibilidad de los cuidados a través de la prevención y la promoción de la salud.
Desde el punto de vista de la práctica enfermera, trabajar de forma intensa en la prevención y promoción además de repercutir de forma directa en la calidad de los cuidados y en los resultados en salud, nos ayudaría de una forma clara a ser más visibles ante las persona que cuidamos. A veces me da la sensación con este tema de la visibilidad que queremos ganar “la batalla” de una forma fácil, con algunos Tweets o publicaciones en un muro de Facebook y nos olvidamos de lo importante, y que pasa diariamente por delante de nuestros ojos: las necesidades de las personas que cuidamos. Y ahora, la necesidad no solo es la de “tomar la tensión y el azúcar”: es que acompañemos a las personas en su proceso de salud, le ayudemos a manejar su enfermedad junto con el resto de profesionales del equipo de salud, que les enseñemos a no enfermar, que les digamos cómo tienen que cuidar a sus familiares en los últimos días de su vida, cómo manejar un inhalador, etc.
Me gustaría terminar este breve post citando textualmente las palabras de Antonio Jesús en este editorial, dirigidas a las enfermeras. Ya las he recomendado en alguna otra ocasión. Una realidad, un reto y una oportunidad. No dejes de leerlas, por favor.
“Las actividades preventivas y de promoción constituyen uno de los ejes centrales de la práctica clínica enfermera, y además poseen una efectividad contrastada. Sin embargo, el estado actual de desarrollo de estas actividades no es el adecuado y esto debería ser, en mi opinión, objeto de una profunda reflexión (y acción) por parte de las enfermeras clínicas, así como de los gestores y organizaciones sanitarias. Y no nos equivoquemos, los profesionales sanitarios hemos construido un modelo de atención a la salud “medicamento-dependiente” e “intervención-instrumental-dependiente”, y cuando se realiza una intervención como por ejemplo el “consejo dietético”, este no tiene apenas expectativas de resultados ni en los profesionales ni en los ciudadanos. En las manos de todos está el construir la atención a la salud de una manera diferente, y esto es posible.
En definitiva, si aspiramos a la hoy por hoy utopía, de ser enfermeras que realicen su práctica clínica basada en la evidencia, con gran autonomía y un alto grado de responsabilidad, es decir incluyendo los elementos esenciales de la práctica avanzada, tenemos frente a nosotros una gran oportunidad: liderar el trabajo en prevención y promoción de la salud de los ciudadanos”
Un saludo. #AlTurrón.
Referencia:
Ramos-Morcillo, Antonio Jesús. Prevención de la enfermedad y promoción de la salud, la esfera independiente de la enfermería: un comienzo obligado. Evidentia. 2015 ene-mar; 12(49). Disponible en: <http://www.index-f.com/evidentia/n49/ev4900.php>
Artículo publicado en “Nuestra Enfermería Fanzine“: #FanZinEnfermería
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Chapeau.
En atención primaria tenemos toda una inercia que nos lleva en contra de esto, que nos lleva a ser la enfermera de la tensión y el sintrom. Y hay que decir que los cursos de Educación para la Salud a los que habitualmente he asistido tenían un nivel deplorable. Empezar a tomarnos en serio la disciplina, que nos suene y conozcamos y apliquemos términos como “entrevista motivacional”, “técnicas de negociación con el paciente”, educación cognitivo-contuctual, etc. es una lucha que, si se inició en Alma Ata, a día de hoy hemos perdido.
La estrategia de la cronicidad es una nueva oportunidad para la enfermería, y en especial para la de AP. Y mi sensación es que es otra batalla que estamos perdiendo.
Muy buenas Fernando!. Comparto tu reflexión, la estrategia de cronicidad es una gran oportunidad, pero… ¿queremos salir de nuestra zona de confort? Gracias por pasarte! #alturrón
El artículo es, sin duda, realista. Nos muestra la verdad que a día de hoy está sucediendo en los centros de atención primaria, por ello me parece fundamental resaltar en este aspecto la figura del enfermero especialista en atención familiar y comunitaria. La formación que tiene un EIR de esta especialidad contempla como prioritaria la educación para la salud del paciente, familia y comunidad (incluyendo prevención y promoción de la salud) y me sorprende que en este tipo de artículos aún no seamos capaces de reconocer que son una oportunidad inmejorable para que se produzca el cambio que tanto ansiamos dentro de nuestra profesión.
Gracias Concha por pasarte y dedicar unos minutos a compartir tu opinión con nosotros. Un saludo.
Excelente tema. Es un aspecto que Enfermería debe desarrollar porque es ahí su esencia del cuidado a la persona, familia y entorno en todo su ciclo de vida hasta el final de sus dias. Además es el escenario ideal para desplegar toda la formación gestora y educadora lo cual a la larga legitimaria la actividad enfermero . Saludos.
Gracias Ana por la reflexión. Sin duda, una magnífica área de desarrollo que debemos mirar con otros ojos! Un saludo.