Hace unos días, publicábamos en Cuidando un post de nuestra amiga Gloria Cobo, relacionado con su experiencia en el VII Congreso Nacional de Enfermería en Cuidados Complementarios y Terapias Naturales.
Pues bien, tal y como dijimos esa experiencia se había traducido en dos post. El primero, ya lo publicamos el otro día, y generó un debate que en la actualidad existe y que no podemos obviar. Por otro lado, desde ese día no ha parado de llover y las posturas siguen estando presentes en diferentes blogs, por una lado están las que apoyan este tipo de terapias y por otro los que no.
Hoy publicamos el segundo post de Gloria Cobo tras su paso por este Congreso y se trata, como ella misma nos dice, de una “Relación de ideas captadas a lo largo del congreso, y en gran medida, de la magistral conferencia de Claudio Álvaro Méndez Brieres”.
Os dejamos con su reflexión:
PALABRAS HECHAS EMOCIÓN, EMOCIÓN HECHA PALABRA, PARA EL RECUERDO DE UN ENCUENTRO MUY ESPECIAL
Una nueva enfermería está renaciendo. Y decimos renaciendo, porque el cuidado natural y tradicional de la salud siempre ha estado ahí, pero en la era de la ciencia moderna u occidental se ha visto eclipsado por un modelo que trata de reducir (especialidades médicas y de enfermería), de analizar, de verificar, de objetivar (arrasando con la “subjetividad” de los sujetos humanos, que nos identifica por completo), un modelo academicista que desconfía de todo lo que no viene de las fuentes que hoy en día consideramos que portan la sabiduría (universidades…), que es deduccionista, materialista (todo lo que se salga de los 5 sentidos…¡fuera!) y separatista: el cuerpo para la medicina, la mente para los psicólogos, el espíritu para los curas…
Esta visión reducida, cuando la aplicamos en nuestro trabajo con las personas, nos genera insatisfacción, porque en el fondo intuimos la verdadera maravilla de la complejidad humana.
Hagámonos un par de preguntas: ¿Con qué palabra me identifico como enfermero? ¿Cómo me siento en mi trabajo?
Vivimos en un cisma; el arte terapéutico, el milagro del cuidado y de la curación, se enfrenta con la rutina del día a día. La crisis, o la vivencia de un estado caótico, nos indica que hay dos fuerzas opuestas, la muerte de un modelo, conviviendo con el nacimiento de un nuevo orden. En la crisis hay desorden, pero a la vez un potencial creciendo al que hay que darle salida. En el tránsito, hay que adaptar los ojos a una nueva visión, ya que sólo vemos lo que sabemos, y sólo sabemos lo que el corazón siente. Debemos educar al corazón a sentir todo lo nuevo que está viniendo, para poder saberlo, para poder contagiarlo. En nuestro trabajo se nos enseña a ser asépticos, a dejar las emociones de lado “para protegerse”, cuando lo que tendríamos que hacer es imbuirnos de la emoción, sentirla en toda su magnitud, compartirla de ser a ser, sin identificarnos con ella. Y es que el código del corazón no necesita del lenguaje del habla…
Los enfermeros somos científicos del cuidado de la salud del ser humano. Prevenimos, curamos, paliamos y consolamos, y dentro de las intervenciones enfermeras podemos practicar terapias complementarias y alternativas. El buen terapeuta debe disponer de las siguientes herramientas: actitud (debe estar en el “aquí y ahora”), carácter (ser coherente), intención (pureza en el móvil que le impulsa, actitud de servicio), mirada, escucha, manos (es el corazón en operatividad), establecer diálogo con el paciente y tener el conocimiento y la práctica para desplegar la terapia que mejor se acomode a la persona. Pero sobre todo, no debe enjuiciar a la persona, porque enjuiciando, se pierde la relación terapéutica. En definitiva, practicar la humanidad.
También podríamos decir que el nuevo rol de la enfermera en el cambio de paradigmas en salud es “Ser guía para aumentar el nivel de conciencia de la población”. El paradigma de la transformación es una nueva línea de pensamiento que ya se está empezando a trabajar desde el profesorado en las Escuelas de Enfermería. Y contamos con el apoyo de la OMS, que aconseja que el personal de Enfermería pueda guiar a la población en el uso de estas terapias.
Ser enfermero puede ser un camino maravilloso de autoconocimiento, a través del servicio al otro, y el estado de servicio no es más que: hagas lo que hagas, que estés en estado de gozo.
“Vamos a contracorriente, con el aire soplando en contra de nosotros. Pero hemos de saber que las cometas que vuelan más alto son las que vuelan con el aire en contra”
Gloria Cobo Pérez, 9 de mayo de 2011
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Pues no sé, aun un poco en frío en este debate, el mundo de las terapias alternativas parece bastante interesante, y creo que sí tiene cosas que aportar a lo que hacemos.
Para los que están en el extremo positivista de nuestra profesión, he de decir, sin considerarme un experto en el tema, que lo que hacemos las enfermeras desde tiempos inmemoriales, no deriva de sesudas investigaciones ni de revisiones sistemáticas contundentes… más bien viene de la tradición y lo que los expertos aconsejan. Solo hay que revisar los NIC y los NOC para darse cuenta de esto. Nuestra profesión como ciencia, pienso que está en pañales y es sumamente frágil.
Por otro lado, no todas las terapias alternativas/complementarias son iguales, no es lo mismo el reiki que la acupuntura, las flores de Bach que el masaje, la iridiopatia que la magnetoterapia (Por cierto usada bastante en traumatología). Algunas de estas disciplinas se basan en tradiciones ancestrales, pero otras sinceramnete parecen mercachifles adornadas con un buenismo basado en una especie de sacerdocio de la salud, a través del alma…
Me considero creyente y abierto, pero ojo! las terapias complementarias deben ser estudiadas, no son objeto de Fe, podrían convertirse en intervenciones enfermeras, pero si no lo hacemos bien corremos el riesgo de convertirnos en curanderos.
Como mago aficionado, siempre busco dónde está el “truco”… sin truco la cosa es un fraude.
Como creyente, existe la disciplina de la teología, no todo vale incluso en el mundo del alma, y si no también está la parapsicología.
Yo animo a todo el mundo a probar terapias nuevas, formas de hacer diferentes, pero por favor, estudiémoslas, y démosle rigor a lo que hacemos y a lo que somos.
De acuerdo con todo en general y con el primer párrafo en concreto. Comparto también el comentario de Esteban.
Creo que el problema reside en lo que dice Gloria, en que en todo lo que no proviene de los 5 sentidos se descarta inmediatamente. Aunque no lo creamos hay muchas cosas sin descubrir que necesitan que las probemos, las experimentemos, las estudiemos.
Recordemos de donde venimos. Las primeras enfermeras fueron mujeres y hombres sencillos, madres y otros miembros de la familia, los curanderos y chamanes o el anciano del grupo. Hasta que un día decidieron investigar. El ser humano no empezó a cuidar con fármacos, protocolos, revisiones y ensayos clínicos. Empezó por intuición, con hierbas, con calor, con aire, alimentos… Cuidados muy básicos pero efectivos.
¿Por qué desconfiamos ahora de todo esto?
Ahora tenemos la oprtunidad de probar todas estas terapias, estudiarlas, desechar los aspectos que no sean útiles y mejorar los que si lo sean.
Como ya dije en el blog de Rosa (@enfermera2pto0), me quedo con una frase:
“La magia es la ciencia que aún no comprendemos”.
Recordad que también parecía una locura el modelo heliocéntrico y aquí estamos dando vueltas alrededor del sol como locos.
Un saludo!
¡Gracias, Esteban y Jesús, por vuestras aportaciones!
Estoy totalmente de acuerdo con vuestras opiniones, y creo que queda poco por decir, y todo por vivir.
¡Ánimo y al turrón, como dicen nuestros amigos!
Un abrazo
Buenas! muy emotivo Gloria, mi conclusión ante la visión de las terapias naturales es que como hay cosas que no vemos pues no la creemos. Nos hemos vuelto muy criticos con todo y desconfiados y si no hay estudios que avalen, no sirve. Yo siempre digo que para opinar de algo, en este caso de alguna terapia natural, tienes que probarla y sentirla y luego hablamos…
Hace ya cuatro años escuche “al personal sanitario (facultativos, enfermero, auxi….), tendrían que pagarle por enfermo sano, no por enfermo enfermo”, yo me quede en blanco, pero ahora me doy cuenta de que se pueden hacer muchas cosas para que el paciente sane, claro está mientras “el quiera”. Hay un libro titulado “La enfermedad como camino”, bastante interesante.
Gloria todo llegará y nosotras lo veremos.
Besos
Gloria te felicito leí atentamente tu sentir querida amiga ya por tus palabras eres puro corazón yo personalmente apuesto por las terapias alternativas y complementarias si funcionan trabajo con niños de oncolgia pediátrica INEN-PERU y no sabes la satisfacción que tenemos el personal de Enfermería poder brindar un cuidado holístico a nuestro queridos pacientes y familiares,después de la Madre somos las mejores sanadoras porque las conocedoras de la medicina natural brindamos una atención con amor calidad y calidez a seguir adelante.me despido con un fuerte abrazo y un besote.