¡Cómo pasa el tiempo de rápido, va a ser verdad que un año en las redes vale por cinco! De nuevo me asomo al 24h24p, con mucho que agradecer a Serafín y Antonio, por este año lleno de ideas, propuestas e ilusiones y por, supuesto, por darme la oportunidad de compartir con vosotros algunas reflexiones sobre brecha digital.
Mucho ha llovido desde que el filósofo canadiense Marshall Mc.Luhan escribió La Galaxia de Gutenberg y vino a señalar que los medios son extensiones del ser humano, que las tecnologías modifican nuestra forma de pensar y que a su vez, las nuevas formas de pensar modifican las tecnologías, dando lugar a una especie de ser humano que crea tecnologías que al mismo tiempo recrean un cierto tipo de ser humano.
Con el nacimiento de la web 2.0 y sus posibilidades de colaboración, participación, centrifugación y mestizaje, esta evolución es mucho más rápida, más acentuada, aunque aún no tengamos muy claro dónde nos lleva el cambio o en qué nos transformaremos como individuos y sociedad. Se habla ya de los nativos digitales no sólo como personas que viven la tecnología de una forma mucho más natural e intuitiva que el resto de generaciones previas, sino como representantes de una nueva cultura que podría estar cambiando el mundo tal y como lo conocemos.
La frase “me he ido a vivir a Internet”, que para algunos es sinónimo de adicción/enganche o una expresión de comportamiento antisocial, indica para otros la existencia de una brecha digital que se agiganta a medida que los residentes y nativos de Internet siguen red-volucionando.
Brecha digital que, además de los motivos generacionales, puede tener su origen en aspectos geográficos (acceso preferente en entornos urbanos vs rurales), económicos (mayor capacidad adquisitiva=mejor calidad de acceso), de género (como problema educativo y social) o incluso tecnológicos (restricciones a la red neutral por parte de las operadoras). Informes, estudios y opiniones sobre estas cuestiones hay muchos y variados, algunos ejemplos se encuentran por aquí, por aquí, o por aqui.
Pero, personalmente, prefiero quedarme con lo que el otro día comentaba Mari Carmen, de la Asociación de personas con Diabetes de Alcalá, durante una jornada sobre Diabetes 2.0 que se celebró en el hospital sevillano de Valme. Ella (mujer de mediana edad en un entorno rural) reconocía que esto del mundo de internet y de las redes sociales le pillaba bastante lejano. Pero en cambio conversar con los profesionales sanitarios que la atienden en un escenario horizontal de responsabilidades compartidas no sólo era una idea con la que estaba de acuerdo, sino que la reivindicaba como necesaria, y si ahí la tecnología ayudaba estaba dispuesta a aprender y a dejar los miedos atrás, porque sabe que lo que hay en juego es importante. Por eso se ha apuntado a un taller de formación en TIC que se va a celebrar en el Hospital y concedía un optimista “a ver cómo se da” mientras esbozaba una gran sonrisa.
Reconozco que salí de allí pensando que mientras seguimos repitiendo como un mantra protector que los pacientes son el centro del sistema, algunos nos llevan varios campos de ventaja.
Rosa Andrade Romero. Licenciada en Ciencias de la Información.
Analista en Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
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