Hola a tod@s:
Pasar una semana entera en Madrid hablando de revisiones sistemáticas, meta-análisis y metasíntesis, puede parecer a priori un plan poco apetecible, pero haciendo una reflexión a posteriori uno puede sacar conclusiones muy interesantes.
El caso es que estuve en un curso que organizaba el Centro Colaborador Español del Instituto Joanna Briggs para los Cuidados de Salud Basados en la Evidencia, con el objetivo de formar a los profesionales, en esa ardua tarea de liderar una revisión sistemática.
Bueno, pues Antonio y yo hemos hablado en más de una ocasión de las ventajas e inconvenientes que ocasiona el cuidar basándonos en una Práctica Basada en la Evidencia. Hoy le voy a dar la razón públicamente (me ha costado eh !!!!) y es que, no es oro todo lo que reluce. No podemos creernos al 100% lo que nos dicen las publicaciones…a veces, sus conclusiones son erróneas, no están basadas en los objetivos planteados, y ni tan siquiera en los resultados obtenidos en el estudio (y el que este libré de pecado que tire la primera piedra).
En este curso, en un momento de la presentación del trabajo en grupo, le comentaba a una de las profesoras, “…quisiera hacer una revisión sistemática sobre este tema, ya que ante una revisión narrativa y una revisión sistemática, un profesional se quedaría con las conclusiones de la sistemática”. Ella me dijo: “No tiene porque, depende de la calidad de los estudios”. Me dije: “Serafín, abre los ojos”.
Buenas noches.
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Pero no se supone que la calidad de los estudios que incluye una RS es de lo bueno, lo mejor? Pero no se hace una lectura critica? Me he quedado como el gato de la foto.
Eso es como el valor de los toreros… se le supone…
Lo que mas me gusta de las revisiones sistematicas es que deben atender a un criterio de replicabilidad y transparencia… Ésto le da la potencia de ver si es de lo bueno lo mejor… por supuesto que hay materiales excelentes y que según la fuente prácticamente está garantizado, pero no es oro todo lo que reluce…