En mi última colaboración al principio de este año 2016, y en este espacio cedido generosamente por mis amigos de Cuidando, escribí sobre la unidad donde desarrollo actualmente mi trabajo y en forma de proyecto sobre gestión de cuidados. Pero si antes de las fiestas navideñas esto era un proyecto para terminar de pulir y desarrollar, pasada la fiesta de los Reyes Magos, llegó la sorpresa de un cambio radical e inesperado.
Nuestro Director de Enfermería, D. Cipriano Viñas (enfermero y Doctor PhD), anunciaba su marcha a todo su equipo en general, por hospitales y personalmente (cuestión que se le agradece, sobre todo porque se valora una dificultad añadida, decir adiós y decirlo personalmente), y evidentemente la noticia fue una sorpresa para todo el entorno hospitalario y todo el equipo.
Estas situaciones pueden ser más o menos normales, ya que en todo puesto de gestión, si bien la fecha de inicio en el cargo es clara y definida, no se sabe cuando se pone fin, resultando periodos de tiempo todo lo breve o dilatado que las circunstancias lo permita o se permita. En este caso relatado, la etapa de gestión que D. Cipriano Viñas cerraba era de 12 años como Director de Enfermería, y generaba tristezas, incomprensiones, preguntas sin respuestas y desasosiegos en un momento inesperado, con un giro algo desestabilizador para el cierre del año 2015 dentro de la organización. No quiero valorar razones y motivos, los personales o profesionales se respetan y se asumen.
Y qué pretendo con esta entrada, pues dar las gracias y hablaros de inquietudes, siempre desde el ejercicio propio de mi recuerdo particular y de mi experiencia personal.
Comienzo por dar las “Gracias a Cipriano Viñas”
Realmente este ejercicio de dar las gracias es poco practicado, pero cuando encuentras que la persona que te da la oportunidad de crecer profesionalmente abandona el barco, sólo pienso en dar las gracias.
Gracias porque a lo largo de tu trayectoria en la gestión has demostrado competencia específica y liderazgo evolutivo.
Gracias porque incluso diciendo no, ha habido acceso, cercanía, presencia activa y diálogo, con capacidad de escucha y búsqueda de alternativas.
Gracias porque la discusión y debate de ideas de equipo centraban tu mirada en el desarrollo profesional, la investigación, la innovación y la visibilidad a una profesión que ejerzo, la Enfermería.
Gracias porque incluso en períodos de dificultades laborales, la evaluación y calidad asistencial ha tenido miradas enfermeras.
Gracias porque si dudábamos tú lo tenías claro.
Gracias por saber recibir y aportar críticas constructivas con una sonrisa.
Gracias por hacerlo bien y cuando no lo hacías bien para algunos/as, lo intentabas.
Gracias por darme alas en comunicación y salud digital.
Y finalmente, gracias por ser jefe cuando necesitaba uno.
Termino con “Mis inquietudes”
Lógicamente, cuando te quedas sin “jefe” de una manera tan inesperada y contundente, observas que se sucede un momento similar a esa ficha del dominó que apoya sobre la otra en total equilibrio, y es capaz de voltear a la que hay al lado para hacer caer en una reacción en cadena. Porque todo sigue igual para ser todo diferente. Sobre todo en un período donde se terminaba un año, el 2015, para empezar otro año nuevo y cargado de proyectos. En una etapa donde la Enfermería de Andalucía tiene un momento muy dulce y bastante estimulante, porque estrena un documento que recoge la planificación de la estrategia de cuidados para implementarla a lo largo de los años venideros. Es importante seguir contando con oportunidades de líderes que crean en el desarrollo de todas esas líneas de acción propuestas, para potenciar el desarrollo profesional de la Enfermería y por el bien de la ciudadanía desde un cuidado profesional de calidad. Y porque como ya os contaba en Mi experiencia actual en Gestión de Cuidados, había un proyecto de equipo, con la apuesta del director de enfermería saliente que creó la unidad (no en sí la estructura física, pero si la estructura conceptual y funcional), con muchas líneas de trabajo abiertas y desarrolladas durante el año 2015, para alcanzar la continuidad o el desarrollo de mucha otras.
Sin embargo, no quiero parecer que mi inquietud es tan sólo por perder mi situación laboral actual, ya que volver a tareas asistenciales puede ser una opción que siempre recuperaré con satisfacción, pero sobre todo quiero dejar claro que sería estupendo y muy positivo para la Enfermería del Hospital Regional y Virgen de la Victoria de Málaga, seguir aspirando a un futuro profesional desde la visibilidad, la innovación en cuidados y el protagonismo para una Enfermería en el cuidado especializado de la sociedad, y liderando modelos de gestión y de desarrollo profesional, en ésta que es mi ciudad, Málaga.
Deseo y espero que la historia de la Enfermería Especializada en Málaga se siga escribiendo desde la oportunidad.
Sed Felices.
Virginia Salinas. Enfermera. Directora de la revista “Archivos de la Memoria”.
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