lluvia

Alargas el brazo para hojear el periódico del día mientras tomas el primer café y acompañas los primeros sorbos de desazón y desesperanza. En estos tiempos los titulares cuestan de digerir. El periodismo de la noticia inmediata lleva una carga negativa de gran intensidad. Pero todo gira de golpe cuando el camarero te confía, con ojos ojerosos y humedecidos, que su mujer ha sido tratada con éxito de un cáncer. Que además, su hijo, después de estar estudiando varios años hostelería en Francia volvió para estar cerca de la familia durante el tratamiento y en el hospital conoció al chico con el que ha decidido montar un restaurante.

Vivimos días en los que las grandes historias son estas, las que nos confía alguien de forma furtiva, que recibimos cargadas de emoción. Historias que contrastan con el runrún de decaimiento que se impregna en el discurso de los medios de comunicación de masas. Las que nos conectan con lo que somos y lo que queremos que sea el país y el mundo en el que vivimos. Siempre he pensado que una buena historia está luchando por ser contada, su destino es que la disfruten cuantas más personas mejor. Muchas de estas historias tienen que ver con los cuidados de los profesionales de la enfermería, solo hay que ver la cantidad de experiencias que se han compartido a través de la iniciativa Mírame Diferénciate.

Nuestra responsabilidad es llevar a su destino una buena historia, cada uno de nosotros contribuyendo a su manera: contándola a otra persona, escribiéndola en una carta, compartiéndola en una charla… Así hasta que la buena historia consigue por fin su destino: ser conocida por un gran número de personas y servir así de luz e inspiración. Lo hemos hecho de esta forma durante siglos, a través de la tradición oral, más tarde a través de textos escritos, de la radio, el teatro, el cine, la televisión… Ahora Internet nos permite multiplicar el número y la rapidez con la que se comparten las buenas historias.

Contar buenas historias a vuestros conocidos y seguir utilizando los blogs y las redes sociales como plataformas de difusión. Tenéis cerrada la puerta de los grandes titulares y de la información inmediata del día a día en los medios de comunicación pero si una historia llega lejos ocupará páginas en suplementos de periódicos, minutos en documentales y entrevistas radiofónicas y páginas en novelas.

Montse Carrasco. Periodista. Editora del Blog “Mi Columpio“.

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