Es interesante el origen de la palabra carnaval, del latín “carnevale”, integrada por carne y levare, es decir, quitar la carne de la dieta antes de la cuaresma. Yo no como carne, no me gusta, sí, de ningún tipo. Luego la propuesta de wikisanidad en #carnavalsalud, siempre me llama, de una manera instintiva. Esta vez con la pregunta: ¿Consideras conveniente disponer de dos perfiles diferentes?
La mezcla de mi realidad virtual y personal
Que mi realidad virtual se entremezcle con mi realidad personal es una decisión que tiene mucho que ver con la idea que me he hecho desde el principio de las redes sociales y mi presencia on-line. Hablaré fundamentalmente de Twitter y Facebook, porque aunque estoy en otras redes, son las que más me interesan.
Desde que empecé a utilizar la red de Facebook, me percaté que si añadía “amigos”, quería que fuesen eso realmente, y aquello que decía a mi hermana en un comentario de su foto o en el muro de un amig@ conocido y real, podía ser comprendido y apreciado por esas personas que saben que detrás de mi nombre llevo carne y alma asociada, y viceversa. Es cuestión de respeto y me gusta saber que mis amigos son tan reales, que la presencia en esta red me aporta el disfrute y placer de mantener aún más vivo esos vínculos familiares o de amistad.
Sin embargo con Twitter la cuestión ha sido diferente desde el principio. Aquí la “amistad” que mantengo en forma de seguidores y seguidos, está basada en el concepto del intercambio. Es decir, lo entiendo como un intercambio de ideas y de opiniones (interacción) pero también un intercambio de webs, blogs, promociones, informaciones, etc. Puede ser que conozca o no a parte de esos seguidores (la verdad es que conozco a pocos), pero en cualquier caso y por lo general, es una herramienta que me permite estar al día de temas laborales relacionados con la salud, la sanidad y en mi caso con la Enfermería.
Pero entonces os preguntaréis, ¿por qué una única cuenta personal si tengo una clara vinculación laboral? ¿por qué no separar un perfil profesional y otro personal? Pues aquí tiene mucha culpa mi visión cualitativa de la vida y mi aproximación holística del ser humano.
Distintas visiones: una cuantitativa y otra cualitativa.
Por partes, si diferencio una visión cuantitativa y otra cualitativa en esto de los perfiles en redes sociales, es porque lógicamente dan respuesta a dos preguntas diferentes:
1ª) ¿Qué busca una cuenta o perfil profesional? Aquí entiendo que quiere aumentar la presencia de su marca y busca clics, me gustan, contar números de usuarios, visitantes de blogs, difusión, etc, para aumentar sus estadísticas de presencia y publicidad. Suelen usar “estrategias con herramientas concretas para obtener análisis de sus actuaciones como marca o empresa”. Entonces el intercambio de información se hace muy objetivo. Suelen ser perfiles que normalmente tienen una baja carga de interacción o con un cariz muy impersonal y una alta carga de difusión y presencia.
2ª) ¿Por qué unir perfil profesional y personal? Pues porque aquí entra en juego la subjetividad de la persona, esa parte cualitativa del ser. Es decir, entiendo una clara diferenciación del personaje-marca de lo que es el personaje-persona. En mi caso una mujer, enfermera, madre, deportista y usuaria de la red, que continuamente hace interpretaciones de su contexto profesional, laboral, social, personal y emocional, incluso a veces, hasta político. Luego en el uso de esta herramienta laboral y profesional, hay un nombre, un rostro, que aporta cierta esencia o sentimientos y que en esta polinización cruzada del conocimiento que es Twitter, busca enriquecerse y crecer, como persona y profesional, además de intentar aportar y ayudar a mejorar la red profesional. Para mí, esta mezcla de perfiles enriquece fundamentalmente, porque le da un componente de valor, incluso diría aún en peligro de quemarme, que aporta cierta honestidad. Luego si trabajamos por y para los pacientes, esta conjugación creo que se valora positivamente en la cultura de la transparencia y confianza con los pacientes.
Hay algunos perfiles que se esconden detrás de un personaje y representan ese papel, o incluso perfiles inflados con “amigos o seguidores”, por empresas dedicadas a ello.
La mezcla entre la persona y la enfermera
En mi caso, mezclar perfiles personales y profesionales establece ese maridaje entre la persona y la enfermera, con matices claros hacia preferencias profesionales, pero sin dejar de llevar una importante impronta personal. Y además me gusta que sea así, lo contrario me distanciaría, aunque comprendo que la gestión de alguna web o blog, obligue a un uso de una cuenta asociada para el control de ciertas variables y alcanzar determinados objetivos.
Tengo una anécdota al respecto: Una persona que a través de la red Twitter pregunta por si conocen a alguna enfermera activa en la red para la ciudad donde vivo. Alguien le dio mi referencia, se metió en mi perfil, supongo que vería mis tweets, interacciones y demás, pero finalmente y según me comentó, se estableció un feeling muy sencillo; leyó en mi perfil, “madre a tiempo completo..”, y como tiene un blog relacionado con la maternidad, esto le decidió a elegirme para dar una charla en el colegio de médicos sobre “Twitter y la enfermería”. Con ello, quiero ilustrar que soy enfermera, desarrollo una disciplina, pero soy mujer y madre, y corro porque me gusta y observo lo que me rodea y pienso en todo ello, y muestro esos trocitos de mi subjetividad personal. No lo puedo entender salvo en complementaridad para el enriquecimiento personal a parte del profesional.
Mi “yo crudo” lo reservo
Pero si os fijáis, hablo de personaje-persona -pública en red- porque hay una parte de mi intimidad que reservo, esa parte de mi “yo crudo” que reservo. Y por supuesto me debo a un código de conducta ético-deontológico respecto a la confidencialidad de pacientes y usuarios de la sanidad.
Costes y riesgos
Pero claro, ¿todo esto tiene un coste?, ¿qué damos a cambio? Pues sobre todo damos parte de nuestro tiempo personal (un@s más que otr@s), para favorecer que la red profesional/personal crezca. Y hasta diría que hay un componente de riesgo, como expone este vídeo de una manera muy ilustrativa:
[youtube]http://youtu.be/F7pYHN9iC9I[/youtube]
“Tu vida entera está on-line y se puede usar contra ti”.
También entiendo que el coste es ser visible y asequible a tu red de contactos. Es decir, la interacción. Hay algunos pacientes en mi red de Twitter y de Facebook, algunos tienen también mi e-mail, e intento resolver algunas dudas que les surgen desde una comunicación franca y abierta, es más, me gusta practicar una cultura de la transparencia en el cuidado con mis pacientes y no suele pedir a los familiares que abandonen la habitación cuando realizo algún cuido a los pacientes ingresados en el hospital, salvo para ciertas situaciones muy concretas. Pero bueno, este aspecto realmente no toca hablarlo aquí, aunque con todas estas andamos.
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