Nadie elige el lugar en el que nace. Ser hombre o ser mujer. Nadie decide quedarse huérfano o padecer una enfermedad. Pasar hambre o tirar a la basura la comida caducada. Ser torpe en los estudios o tremendamente inteligente y despierto. Nadie sabe lo que va a ocurrirle a lo largo del día cuando se levanta por la mañana. ¿Cuestión de suerte?
Suerte la mía por haber podido elegir mi profesión y dedicarme a ella. Soy ENFERMERA; enfermera rural en la UGC de Orcera (Jaén). Desde pequeña todos mis disfraces eran de enfermera y aunque la vocación se piensa que se tiene, hasta que no empecé mis prácticas no me di cuenta, que la vocación no se tiene hasta que se siente.
Tengo 206 huesos, 650 músculos, 50 billones de células y me levanto todos los días a las 6 de la mañana para ir a trabajar a mi querida Sierra. Camino al trabajo, bajo la ventanilla del coche; me gusta sentir el frescor de los árboles, el olor a tierra mojada, el canto de los pájaros, el silencio absoluto de las aldeas interrumpido solamente por el agua que cae en un arroyo. Voy disfrutando de los maravillosos paisajes, parpadeo, fotografío y me pellizco. Soy afortunada, sólo por esto ya merece la pena madrugar; contemplar la luna llena, los amaneceres, las estelas que dejan los aviones en el cielo, las nubes, alguna que otra estrella fugaz…Voy pensando en motores, no el que hace funcionar mi coche, sino esos motores con nombres y apellidos, mis pacientes, los que me hacen arrancar a mí cada mañana. María que estará allí la primera esperando para tomarse la tensión y contarme sus problemas familiares, Fuensanta para ponerse su inyección para la diabetes, contenta porque está empezando a perder peso, Juan y su dolorosa cura…. Sus sonrisas y sus buenos días me devolverán la mía si alguna vez la pierdo, sus miradas me harán sentir parte de su alegría o su tristeza y sus abrazos y necesidad de consuelo, me recordarán por qué estoy ahí, justo en ese momento. Y cómo me gusta mirar sus manos y sus ojos de quien tiene en ellos su vida reflejada, mientras me cuentan, mientras me abrazan, me aprietan o se despiden, porque sin saberlo me están dando tantas pistas de cómo están, cómo se sienten, cuánto necesitan…
Y me muerdo el labio mientras canalizo la vía del pequeño que convulsionó. Y siento esa flojera en mi pierna cuando curo el muñón tras la amputación. Y asisto el accidente de tráfico en el que a pesar de trasladar a todos los heridos estables al hospital, te entra el frío en el alma un buen rato, porque te enseñan a contar los segundos, los minutos, las horas…, pero nadie te explica el valor de un momento y nosotros podemos decir que vemos una vida empezar o acabar. Y si me emociono, o se me saltan las lágrimas ante fatídicos desenlaces o frente a un simple ¨gracias¨, no es porque sea débil, es porque soy humana.
Dicen por ahí que las casualidades no existen. Que todo está escrito en las nubes y las estrellas con tinta invisible y que las personas vamos mezclándonos en las páginas de las historias de otras personas para compartir un guión ya establecido. Este último año he tenido la suerte de formar parte de un Grupo de Investigación en el medio rural, con mis compañeros Manolo y Juan Andrés y la gran ayuda de Lola y Verónica, y ¡me siento tan ilusionada! Aunque sé que no existen garantías, estoy segura que merecerá la pena nuestras horas invertidas, nuestras ganas y el empeño que ponemos en dar lo mejor de nosotros mismos.
Si puedo curar, CURARÉ. Si no puedo curar, ALIVIARÉ. Si no puedo aliviar, CONSOLARÉ, pero siempre, siempre CUIDARÉ. En tiempos de crisis, dicen que mantener la sonrisa es un acto revolucionario, pero yo soy una Enfermera Rural FELIZ y seguiré SONRIENDO.
Carolina López Carrillo (@CarolLpez5). Enfermera de la Unidad de Gestión Clínica de Orcera (Jaén). Área de Gestión Sanitaria Norte de Jaén.
Pd. Gracias Carolina por compartir estas palabras (y vivencias en nuestro blog). Sin duda, mucho más que emocionantes. Gracias Lola, por la sinergia. Seguimos #AlTurrón.
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Felicidades ejercí por mas de 30 años esta profesión y cuando leo vivencias de este tipo se me carga elcorazon de recuerdos y grandes sentimientos
Muchísimas gracias Alexandra! Hemos tenido la suerte de elegir una profesión humana y solidaria donde podemos dar lo mejor de nosotros mismos. Me alegra que te haya llegado al corazón. Un fuerte abrazo compañera!
Hola Carolina, soy Esther, y trabajo en Badajoz, me gustaria saber en que consiste una Unidad de Gestion Clinica, que no se lo que es. Posiblemente aqui la haya con otro nombre
Hola Esther! Las Unidades de Gestión Clínica en el Servicio Andaluz de Salud son una forma organizativa que permite incorporar a los profesionales en la gestión de los recursos utilizados en su propia práctica clínica. Entre sus objetivos destacan reforzar la continuidad asistencial entre los distintos niveles de atención , elevar la satisfacción de los pacientes , mejorar la organización de los trabajadores…Un saludo
“…Porque te enseñan a contar los segundos, los minutos, las horas…, pero nadie te explica el valor de un momento y nosotros podemos decir que vemos una vida empezar o acabar.”
Gracias Carolina por explicar tan bien, lo que sentimos y lo que supone “ser enfermera”, demuestras profesionalidad sin mermar calidez, ni humanidad; pero que arte contándolo, me has hecho reflexionar y sentir, a partes iguales. Qué bonita es nuestra querida profesión! Tus pacientes son muy afortunados! … y gracias a Serafín, por compartirlo aquí.
Muchas gracias Luis por tus bellas palabras. La verdad es que sí que somos afortunados aunque a veces con el ritmo frenético de trabajo, los recortes, las dos horas y media semanales…hacen el intento de hacernos olvidar el valor y la importancia de que en tan sólo un segundo estemos justamente ahí . La afortunada siempre soy yo por lo mucho que aprendo y comparto con mis pacientes. Me gusta mucho comunicarme con ell@s y dejarlos hablar y escucharlos , saber de sus penas y alegrías y a ellos les encanta esto. Un saludo compañero
Me llamo Carlos y trabajo en salud mental penitenciaria, he oído muchas veces como el paciente contaba que se ha querido quitar la vida y es ahí cuando se nota nuestra presencia, con nuestra escucha sin dar consejos, solo una mirada, un abrazo, o simplemente un tiempo, conseguimos que se salve.
No somos distintos a Carolina, ni a ti, ni a ella, ni a el, somos personas las cuales sentimos, a veces nos implicamos, lloramos, pero siempre buscamos lo mejor para ella, para el.
Aunque que pasemos años, vivamos experiencias siempre está ese instante que te afecta más, por eso cada día es una nueva enseñanza.
Gracias Carolina por estar ahí, tener a una persona como tu hace que me sienta seguro ante una urgencia. Saber que hay profesionales que aman su profesión hace que cada día esto sea mejor.
Muchas gracias Carlos y mi admiración también por tu trabajo porque hay que estar también muy preparado. Como bien dices, esto que yo he plasmado en unas cuantas líneas, no es más que un guiño y un pequeño reconocimiento hacia todos los profesionales sanitarios que nos dedicamos a ello en los diferentes ámbitos y niveles asistenciales porque todos trabajamos con el corazón en la mano. Un saludo